Las constructoras se encomiendan a Brasil
Dilma Rousseff anunció inversiones por 53.500 millones de euros en carreteras y vías férreas
Las constructoras españolas lo tienen claro y van a luchar por el ‘megaplan’ de infraestructuras que Brasil ha puesto en marcha en el que habrá en juego 53.500 millones de euros. El gigante sudamericano ha dado el visto bueno a mejorar las infraestructuras y comunicaciones en el país de cara al Mundial de fútbol de 2014 y a los Juegos Olímpicos de 2016. El pistoletazo de salida ya ha sonado y las constructoras españolas ya han saltado de la posición de los tacos.
El plan contempla la construcción y ampliación de cerca de 7.500 kilómetros de carreteras y de 10.000 kilómetros de vías férreas. El proyecto más importante es el AVE entre Río de Janeiro y Sao Paulo, valorado en 15.000 millones de euros. El Gobierno de Dilma Rousseff ha anunciado la puesta en marcha de una sociedad pública para licitar este proyecto estancado desde hace cinco años. El plan brasileño se aumentará con una dotación para puertos y aeropuertos.
El viaje oportunista
Las constructoras españolas conocieron los planes brasileños de mejorar sus comunicaciones en el viaje que un grupo de empresarios realizó en junio junto al rey. En esa instancia, el monarca estuvo arropado por las grandes compañías del sector que podrían beneficiarse de este plan de infraestructuras. Empresas de la talla de Acciona, Sacyr, Talgo, Isolux-Corsán, CAF o Técnicas Reunidas estuvieron al tanto de los posibles futuros negocios durante el viaje.
Incluso Don Juan Carlos consiguió sacarle a la presidenta brasileña el visto bueno para que las empresas españolas se beneficiasen de este plan, sobre todo, del megaproyecto de la línea de alta velocidad.
Pero las relaciones entre España y Brasil no se han quedado solo ahí. La ministra de Fomento, Ana Pastor, también estuvo trabajando para mejorar las relaciones bilaterales y para que las empresas españolas, entre las mejores del mundo en el sector de las infraestructuras, pudiesen beneficiarse de los proyectos brasileños. “Las compañías españolas tienen una gran experiencia y lo han demostrado en muchos países”, señalaron fuentes de Fomento cuando la ministra realizó el viaje.
Mejor acompañado
Una de las claves del éxito en este tipo de proyectos son los consorcios empresariales con las compañías locales. La legislación brasileña es muy clara en eso. Si una firma extranjera quiere aterrizar en el gigante sudamericano tendrá que hacerlo de la mano de un socio local. “Así es más fácil que consigan llevarse algunos proyectos”, señalan fuentes del sector legal.
“Es imprescindible que las constructoras elijan al mejor socio brasileño posible, con las mayores influencias dentro del Gobierno, para obtener mejores resultados en las licitaciones”, apuntan las mismas fuentes.
Se trata de una gran oportunidad de negocio para las constructoras españolas. Brasil se convierte así en una tabla de salvación para sus maltrechas cuentas de resultados y sus altos índices de deuda. El parón de la construcción en España ha hecho que las grandes compañías del sector vean afectados sus resultados y tengan que recurrir al extranjero para adecentarlos. El plan brasileño ayudará en el caso de que consigan ganar los concursos, previstos para la próxima primavera, pero la competencia será dura, allí estará pujando todo el sector.