Las agencias abren un frente judicial con Royal Caribbean por la deuda de Pullmantur

La patronal CEAV envía un burofax al equipo de la compañía norteamericana por comprometerse a reparar la deuda de su participada y no cumplir

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La promesa de Royal Caribbean LTD (RCL) a las agencias españolas ha sido hasta el momento únicamente un motivo de confrontación. La compañía propietaria de Pullmantur, en concurso de acreedores por el golpe de la crisis del coronavirus al sector turístico, se comprometió a devolver el dinero adeudado por viajes contratados y no disfrutados por clientes, pero ha perdido su credibilidad. Lo ha hecho tras pasar 90 días, el plazo máximo que se marcó la compañía con sede en Miami para devolver el dinero a las empresas afectadas.

Según ha podido saber Economía Digital, la patronal CEAV ha enviado esta semana, el lunes 16 de noviembre, un burofax a Royal Caribbean exigiendo que cumpla lo antes posible con el compromiso que la propia compañía asumió. Preguntada al respecto Mercedes Tejero, gerente de la patronal, confirma el envío de la carta.

El documento está firmado por el presidente Carlos Garrido y afirma que «el sector turístico se asienta en gran medida en la confianza a sus partícipes, entre ellos, las agencias de viajes». Por eso, prosigue la misiva dirigida a la sucursal que la compañía tiene en Barcelona, «dar una solución cosmética sin repercusión real en los viajeros que hoy, más que nunca, necesitan contar con su dinero solo contribuye a un malestar evitable y a comprometer la posición en la que quedan las agencias minoristas que han intermediado en esa venta».

Sobre el dinero adeudado, Garrido afirmó hace aproximadamente un mes que CEAV había creado un fondo para financiar «las iniciativas jurídicas en las que tengamos que intervenir». El instrumento económico se iba a nutrir de las aportaciones de quienes voluntariamente quisieran integrarse en el mismo, como hicieron agencias de viajes de la talla de Avoris, IAG7 viajes y Panavisión.

Sin poder reclamar en el concurso

Las agencias perjudicadas por Pullmantur consideran que se han quedado atrapadas. Una de las condiciones que RCL impuso para poder recuperar la deuda –a través de bonos o reembolso directo– fue no asistir al concurso de acreedores de Pullmantur. Por tanto, ahora muchas de las afectadas se ven sin dinero y sin ninguna nueva vía para reclamar la deuda generada.

Desde Pullmantur se limitaron a comentar que «somos conscientes de la situación, y Royal Caribbean y nosotros estamos trabajando para seguir los procedimientos legales relacionados con la protección de datos». Añadieron que en «los próximos días contactaremos a nuestros clientes para recopilar la información adicional necesaria para comenzar el proceso de reembolso».

Pese a que en las agencias han perdido la confianza en recuperar el dinero que deben devolver a sus clientes, lo cierto es que la propia Royal Caribbean reconoció en sus cuentas trimestrales ante el regulador bursátil estadounidense (SEC) que había realizado una provisión en sus cuentas sobre el dinero a devolver a los clientes de Pullmantur. La cifra asciende a 20 millones de dólares, pero fuentes del sector inciden que en esa partida no solo se incluye dinero adeudado a agencias y clientes españoles, sino también de otros países.

Con todo, estos 20 millones de dólares quedarían por debajo de las estimaciones que se realizaron meses atrás. En una primera valoración del balance de daños, la Federación Empresarial de Asociaciones Territoriales de Agencias de Viajes Españolas (Fetave), otro de los grupos más representantes del sector, calculó que la cifra de deuda a particulares y agencias por parte de Pullmantur rozaba los 50 millones de euros.

El futuro de Pullmantur sigue sin despejarse

Mientras tanto, el futuro de la compañía española Pullmantur, propiedad de Royal Caribbean en un 49% (el otro 51% es del polémico fondo Springwater), sigue siendo una auténtica incógnita. Pese a que la voluntad de realizar un ERE fue comunicada en verano, la plantilla todavía no sabe cuál va a ser el alcance del despido colectivo.

Fuentes de la compañía han deslizado en ocasiones que existe un plan de viabilidad para sobrevivir con una estructura de costes mínimos, pero la realidad es que el pesimismo impera en el ambiente de las oficinas de la compañía.

En paralelo, su consejero delegado, Richard Vogel, se ha dedicado a poner en duda las informaciones que apuntaban a que el ERE sería para el 100% de los trabajadores (350). «No todo está perdido», escribía en sus redes sociales a modo de mensaje de ánimo y esperanza.

La realidad es que la compañía sigue en manos de su administrador concursal, Data Concursal, quien ya desplazó al consejo de administración del día a día de la empresa.

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