Las aerolíneas piden al Gobierno que les condone 150 millones de gastos Covid
El sector también quiere transmitir a Pedro Sánchez que ha sido el único que ha quedado excluido del plan de choque que han puesto en marcha tras la subida de precios por la guerra
Las aerolíneas quieren que el Gobierno se haga cargo de los 150 millones de euros que ha invertido Aena en realizar controles sanitarios para detectar casos positivos de Covid-19 en los aeropuertos durante la pandemia. Principalmente porque este coste lo están asumiendo ahora las líneas aéreas en las tarifas que pagan al gestor aeroportuario por permitirles que circulen por la red de aeropuertos.
“Vamos a insistir al Gobierno en que no deben cargar los gastos Covid a Aena, deben ser pagados con fondos públicos” apunta el presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), Javier Gándara. El sector defiende que estos controles sanitarios se han realizado “por la seguridad sanitaria de los españoles” y por tanto, «Aena tiene derecho a recuperar esos costes” y no deben asumirlos las aerolíneas y pasajeros con las tarifas.
“Seguiremos discutiendo con el Gobierno” asegura Gándara. Y es que las compañías también quieren transmitir a Pedro Sánchez que el sector aéreo ha sido el único que ha quedado excluido del plan de choque que han puesto en marcha tras la invasión de Rusia a Ucrania.
En este sentido, el presidente de ALA explica que las aerolíneas también se han visto impactadas por la subida del combustible, como los transportistas. Pero a este sector se le dio una solución y a ellos no, así que consideran que una forma de “reparar el agravio” sería asumir los 150 millones de euros que ha pagado primero Aena y ahora les toca asumir a ellos.
“Las compañías no debemos ser quien lo sufrague”, añade. Las quejas por los 150 millones no son nuevas, de hecho, antes de que estallara la guerra la Asociación ya solicitó información sobre si Aena obtendrá algún tipo de subvención pública por haber realizado este desembolso para librarse del pago.
Además, algunas aerolíneas (en concreto, Iberia y Ryanair) propusieron a Aena que en lugar de pagar la mitad de este dinero con las tarifas de 2022 y la otra mitad, con las de 2023, se asumiera todo el año que viene. Así lo expusieron durante el periodo de consultas que realizó la CNMC, que finalmente declinó esta propuesta.
A estas dos aerolíneas se sumó IATA (la Asociación Internacional de Transporte Aéreo) y todas pusieron de manifiesto “su desacuerdo con imputar los costes en las tarifas 2022, prefiriendo obtener una mayor bajada en 2022 aunque ello pueda suponer una subida de tarifas en 2023”.
El motivo sigue siendo la propia pandemia, las compañías aéreas han tenido que hacer frente pérdidas millonarias por los cierres de fronteras y confinamientos, y necesitan recuperarse del golpe. Por ello manifestaban que “debido en parte al efecto de la capitalización de los costes no recuperados, la necesidad de estimular la recuperación del tráfico en 2022 y la situación actual del sector”, preferían asumir este coste más adelante.
Los precios de los billetes subirá en el medio y largo plazo
El presidente de ALA también se ha manifestado sobre la posible subida del precio de los billetes como consecuencia del alto precio del combustible a raíz del conflicto en Ucrania. En este sentido, Gándara explica que las compañías aéreas fijan el precio en función de la oferta y demanda, pero el combustible supone un 30% de los costes de una aerolínea y se tiene en cuenta para fijar precios, así que tarde o temprano se repercutirá a los pasajeros.
De cara a este verano, algunas compañías tienen porcentajes de coberturas significativos, es decir, tienen combustible a precios ya pactados y pueden soportar mejor la temporada alta pese a que todavía la demanda no se ha recuperado por completo. “Los precios serán competitivos, aunque los márgenes de las compañías se reducirán”.
Pero a medio y largo plazo, el precio del billete tendrá que cubrir estos costes, advierte. “No tengo duda”. El sector no ha hecho una estimación de cuánto pueden subir, pero tienen algo claro y es que «si se mantiene el entorno de precios altos es razonable pensar que subirá el precio de los billetes”. Sin embargo, cree que es difícil hacer predicciones porque el precio del combustible es muy volátil.