La venta de la rotativa siembra el desconcierto en Grupo Zeta
La compañÃa descuelga los anuncios de venta en los portales inmobiliarios ante el malestar de muchos directivos y el temor de la plantilla
La noticia de la venta de la sede de las rotativas del Grupo Zeta cayó como un obús en las oficinas del grupo editorial controlado por la familia Asensio. Los nervios se apoderaron de la plantilla de las rotativas, que temen perder el trabajo, pero también de la redacción, por la incertidumbre sobre el proyecto, de los directivos e incluso de proveedores.
Como adelantó Economía Digital, Grupo Zeta puso en venta el edificio de las rotativas de Parets del Vallès (Barcelona), por el que pide 19,5 millones de euros. La plantilla se enteró por sendos anuncios en los portales inmobiliarios Idealista y Habitaclia. Este martes, tras la publicación de la noticia, el grupo ordenó retirar los anuncios que habían puesto Activa Properties y CBRE, a quienes encargó la venta.
Precisamente la plantilla de las rotativas, formada por más de 50 personas, es la que más nerviosa está por la venta del edificio en el que trabajan. Sus puestos de trabajo ya estaban en la lista negra en 2013, cuando se prescindió de media plantilla y se bajaron los sueldos un 40%, pero ahora ven como el esfuerzo de entonces puede caer en saco roto. Por ello, han pedido ya explicaciones al grupo.
Temor en la redacción
La redacción de El Periódico y el resto de cabeceras de la compañía vivió una jornada de nervios. La noticia del posible cierre de las rotativas avivó los rumores que apuntan a un posible cierre de la edición en papel, temor que está cada vez más presente en muchos medios. También tienen miedo a que la externalización del servicio repercuta negativamente en la calidad y la difusión de sus diarios.
La noticia inquietó también a los proveedores de las rotativas. Las empresas que subministran el papel o la tinta han visto en los últimos años como su negocio se ha deteriorado: ha ido a menos y las condiciones de pago han empeorado, según explicaron fuentes conocedoras de la situación. Con el anuncio, algunos preguntaron por el futuro de sus suministros.
Impago de la deuda
Pese a que Grupo Zeta cerró 2015 con unos beneficios de 13,25 millones de euros, su situación financiera es delicada. Sólo un año después de refinanciar su deuda, la compañía no hizo en diciembre el primer pago para retornar dicha deuda. Según explicaron fuentes financieras, Zeta tenía que pagar más de cinco millones antes de fin de 2016, pero no lo hizo.
Según las mismas fuentes, la compañía dirigida por Agustí Cordón ha reabierto negociaciones con los bancos, sólo un año después de refinanciar una deuda de más de 100 millones. El objetivo es conseguir 25 millones, aunque las entidades no terminan de verlo claro, por lo que podrían forzar la venta de patrimonio. En ese caso, la nave de Parets es el último activo inmobiliario propiedad de Grupo Zeta.