La UE acuerda la ley que pone límites a Twitter, Facebook o YouTube
La ley entrará en vigor 20 días después de su publicación en el Diario Oficial de la UE, una vez que el Parlamento y el Consejo den su aprobación formal
Tras una ronda final de negociación de más de 16 horas, la Unión Europea (UE) ha cerrado en la madrugada de este sábado un acuerdo de la nueva Ley de Servicios Digitales (DSA), que obliga los gigantes digitales a poner límites en sus contenidos, retirar los ilegales y combatir la desinformación en línea.
Esta normativa obliga a plataformas como Facebook, YouTube o Twitter a moderar su contenido, a ser más transparentes en la información que proporcionan a sus usuarios, a controlar los mensajes amenazantes y a ofrecer al usuario una opción que no este basada en el rastreo de su perfil para el algoritmo, entre otras.
El acuerdo, que complementa a la ya aprobada sobre los mercados digitales, llega casi año y medio después de que la Comisión Europea presentara su primera propuesta en diciembre de 2020 con nuevas obligaciones para redes social y plataformas en Internet.
Alcance de la ley
La DSA se aplicará a todos los intermediarios en línea que presten servicios en la UE, pero las plataformas en línea y los motores de búsqueda con más de 45 millones de usuarios activos mensuales, estarán sujetos a requisitos más estrictos y estarán supervisadas por la Comisión Europea en cooperación con los Estados miembros.
Las plataformas y motores de búsqueda que incumplan la norma podrán recibir multas de hasta el 6 % de su facturación mundial e incluso se podrá prohibir su operación en territorio europeo.
Una vez que el Parlamento y el Consejo den su aprobación formal, la ley se publicará en el Diario Oficial de la UE y entrará en vigor 20 días después.
Moderación de contenidos
Las empresas digitales estarán obligadas a moderar los contenidos que se publican y deberá eliminar aquellos ilegales, algo que hasta ahora dependía de un código de buenas prácticas no vinculante y al que las empresas se sumaban de manera voluntaria.
Para ello, los usuarios dispondrán de un procedimiento más claro para informar de contenido ilegal en línea y las plataformas tendrán que retirarlo con rapidez, además de informar al denunciante.
Publicidad en línea y algoritmos
La ley prohibirá la recopilación de datos sobre raza, religión, orientación sexual u otros asuntos sensibles para dirigir la publicidad, así como los anuncios dirigidos a menores o los llamados «patrones oscuros», tácticas de diseño dirigidas para engañar al usuario y que acepte que se rastree su información.
El usuario tendrá derecho a que se le ofrezca al menos una opción no basada en el rastreo de su perfil para elegir cómo se le recomienda el contenido, el conocido algoritmo que nos encontramos en las redes sociales o en Google.
Las plataformas más grandes, como Facebook o Twitter, deberán dar a la Comisión y a las autoridades de los Estados miembros acceso a sus algoritmos y, en general, los servicios digitales tendrán que ser más transparentes sobre cómo se determina la información que llega a cada usuario.
Mecanismos de emergencia en caso de crisis
En la negociación han acordado un nuevo concepto que no figuraba en la propuesta inicial: un mecanismo en caso de crisis que Bruselas puede activar a recomendación de los expertos de los Estados miembros. Así, la Comisión podrá requerir a las plataformas muy grandes limitar cualquier amenaza en sus plataformas en caso de crisis.
Con esta medida, Bruselas quiere acabar con el riesgo de la expansión de la desinformación en línea y la manipulación de la realidad que hemos visto durante la pandemia del covid-19 y con la guerra en Ucrania.
Más protección
La nueva normativa exige a las plataformas en línea, como las redes sociales, a tomar medidas para proteger a sus usuarios de contenidos, bienes y servicios ilegales. Además los usuarios tendrán también un mejor control sobre cómo se utilizan sus datos personales, ya que la publicidad dirigida va a estar prohibida cuando se trata de datos confidenciales.