La transición de la industria del automóvil pone en riesgo 160.000M de crédito de Santander
Santander considera que los cambios legislativos, tecnológicos, climáticos y de consumo alrededor de esta industria pueden suponer un aumento del riesgo
La industria del automóvil está en pleno proceso de transición. Esto no solo afecta al propio sector, sino a todo el negocio adyacente. Entre ellos, la financiación de automóviles. Santander considera que los cambios legislativos, tecnológicos, climáticos y de consumo alrededor de esta industria pueden suponer un aumento del riesgo en un negocio de financiación del automóvil que suma una exposición de 160.000 millones de euros, a cierre de diciembre de 2022.
El grupo bancario apunta que esta exposición al negocio está, sobre todo, en sus divisiones de SCIB (Santander Corporate and Investment Banking); Digital Consumer Bank y su filial de Estados Unidos, según se recoge en su informe anual.
En un escenario adverso, apunta el banco, el negocio de financiación de automóviles podría verse afectado por una reducción en los volúmenes de coche nuevo, junto con impactos en las garantías y el valor residual de los coches usados y un aumento de la morosidad.
Santander apunta varias patas claves de este proceso de transformación que está afectando a la industria del automóvil. Por un lado, la entidad señala a “la transición del motor de combustión al eléctrico y aspectos ambientales relacionados con las emisiones y los riesgos de transición debido principalmente a decisiones políticas y regulatorias (los coches más contaminantes ya no pueden circular por el centro de algunas ciudades)”.
En este aspecto, por ejemplo, la Unión Europea debate sobre la fecha límite para los vehículos eléctricos sean los únicos que se vendan. Este marco temporal conlleva un efecto tanto en la industria para adaptarse, como al mercado y a los canales de venta.
Por otro lado, el informe de Santander señala hacia los cambios en las preferencias del consumidor como otro de los factores que puede afectar al crédito para la financiación de automóviles. En este sentido, señalan que existe un cambio de preferencias del consumidor hacia el vehículo como servicio frente a la propiedad con formatos como el leasing, la suscripción o el car sharing.
A estos factores, Santander añade otros como la consolidación del sector en productores, distribuidores y otros actores; junto con el crecimiento de los canales online y la conducción autónoma. Las interrupciones de suministro que ha vivido el sector también están en el radar de la entidad, que apunta el efecto de estos cortes tras la pandemia y la guerra de ucrania en el mercado.
Cómo gestiona el banco este escenario
La entidad apunta que para estar preparados para este posible escenario y esta transición que vive el mundo del motor, hace un “seguimiento continuo de carteras y concesionarios de automóviles, precios de precios de vehículos usados con foco en diésel, análisis prospectivos del mercado de vehículos, suficiencia de provisiones, enfoque comercial en leasing, alianzas,…».
Esto lo complementa con el lanzamiento de planes específicos para abordar problemas particulares como la rentabilidad de los acuerdos con fabricantes y campañas de apoyo a los distribuidores; así como el desarrollo de programas de fidelización para aumentar las tasas de renovación. También, apunta el banco, abordan iniciativas relativas al renting, leasing, suscripción y soluciones digitales.
Además, Santander apunta que en esta transición del sector muestra su apoyo a la transición ecológica del sector con la descarbonización de sus flotas de vehículos y la instalación de puntos de recarga en sus instalaciones.
Asimismo, en este escenario de cambios el grupo bancario también percibe que pueden existir varias oportunidades para el grupo, entre las que destaca que puede ayudar a fomentar la renovación del parque con los nuevos vehículos de bajas y cero emisiones, con especial interés en los eléctricos. Más compraventas que pueden conllevar más financiación y por tanto, revertir positivamente en el negocio.
Además, considera que pueden desarrollarse nuevos modelos de negocio ante el vehículo ecológico, conectado y autónomo. En este terreno, el apoyo del sistema bancario sería necesario para las empresas que forman parte de este nuevo escenario.
La entidad señala otras dos patas de estos cambios en la industria como puede ser la demanda de servicios logísticos o el apoyo público a nuevas flotas de bajas o cero emisiones.