La Torre Agbar no será un hotel: Merlin la compra para hacer oficinas
La mayor socimi de España adquiere el inmueble al fondo Emin Capital por 145 millones de euros
Fin del culebrón hotelero con más episodios de Barcelona. Tras casi dos años inmerso en una batalla legal con el Ayuntamiento, el fondo Emin Capital ha vendido la Torre Agbar a la mayor socimi de España, Merlin Properties, que mantendrá su uso de oficinas. Según ha podido saber Economía Digital, la operación se ha cerrado por un montante que ronda los 145 millones de euros, cinco menos de los que pagó el vehículo inversor en 2013.
En un hecho relevante remitido a la Comisión Nacional de Mercados y Valores, Merlin ha anunciado la transacción por una cifra oficial de 142 millones de euros. Ahora, la cotizada invertirá 15 millones de euros para renovar el edificio diseñado por Jean Nouvel.
Este medio ha podido confirmar la venta, adelantada por El Confidencial. Los planes de convertir el inmueble en un hotel de lujo de la marca canadiense Hyatt se vieron frustrados por la moratoria de licencias turísticas impuesta por Ada Colau en primavera de 2015.
Certificado urbanístico previo a la moratoria
La primera zancadilla la logró sortear debido a que contaba con un certificado urbanístico. Sin embargo, los permisos se retrasaban continuamente. La última vez, a finales del año 2016. «Nos prometieron los permisos en octubre, y no llegaron; luego en noviembre y ya nos han dicho que tampoco estarán a tiempo», lamentaban los promotores del alojamiento.
De este modo, el consistorio advertía que estaba realizando «un trabajo técnico exhaustivo en los últimos meses para verificar que el proyecto se adecua a la legalidad vigente y cumple con todos los requisitos necesarios». El pasado diciembre, un portavoz del Ayuntamiento emplazaba «unas semanas» a Emin para la licencia definitiva.
Pesimismo en Emin
Ante las constantes prórrogas, Emin Capital empezó a ver peligrar el futuro del alojamiento. Como avanzó Cerodosbé, el fondo enfrió las conversaciones con las distintas cadenas hoteleras que se habían interesado por el inmueble.
Por este motivo, Hyatt, que contaba con un preacuerdo con el vehículo inversor, ya contempla otros edificios en la capital catalana como el que plantea Platinum Estates en la antigua sede de Telefónica, también pendiente de la política urbanística municipal.