La subida de precios de los alimentos ha venido para quedarse pero no impactará en la calidad
Los expertos aseguran en Foro Food ED que el futuro de la industria alimentaria pasa por aplicar innovación tecnológica y hacer los procesos más eficientes para paliar la dependencia energética
Los expertos coinciden: la subida de precios en el sector de la alimentación ha venido para quedarse en un contexto marcado por el alza de la energía, el transporte y las materias primas. Pero no impactará en la calidad de los productos, ya que España puede presumir de tener una producción primaria excelente y tiene que hacer frente habitualmente a controles de calidad y seguridad importantes.
Así lo han puesto de relieve en la primera edición de Foro Food ED, el gran foro sobre el futuro de la alimentación de Economía Digital, donde han intervenido José Miguel Mulet, investigador científico, escritor y catedrático de biotecnología en la Universidad Politécnica de Valencia; y Gemma del Caño, especialista en I+D e Industria y Máster en Innovación, biotecnología, seguridad y calidad.
Mulet asegura que la subida de precios observada en la recta final del año va a permanecer en el tiempo porque el 70% de la energía «no solo en España, sino a nivel mundial» sigue dependiendo del carbón, el gas y el petróleo. Y si estas materias primas siguen al alza o si Argelia cierra el gasoducto, como ha ocurrido, nos enfrentamos a «un problema muy serio» que no se solucionará hasta que las energías renovables «sean una alternativa real».
En España se suma otro problema añadido: el transporte, ya que está pensado para ser por carretera y por tanto, le afecta muchísimo la subida de combustibles. En su opinión, este tipo de transporte es poco eficiente pero tampoco contamos con una red ferroviaria pensada ni diseñada para el transporte de mercancías.
«Mientras no solucionemos estos dos problemas, que son muy serios, no podemos hacer frente a la subida del precio del combustible porque somos absolutamente dependiente de los combustibles fósiles, tanto para energía como para transporte».
Por su parte, Del Caño comenta que si las empresas del sector tienen menos margen para ganar dinero, habrá impacto en el empleo. «La demanda no ha caído, pero tenemos dificultades con la obtención de materias primas, muchas no las podemos obtener de Europa y las traemos de otros sitios del mundo a unos precios muy altos y con más dificultad en el propio transporte».
«Las empresas recurrirán más al empleo temporal»
Por este motivo, el empleo se verá impactado y en momentos puntuales «las empresas recurrirán más al empleo temporal». La experta confía en que esta situación sirva para reaccionar, para que el sector haga planes de mejora de procesos y aprovisionamiento de materia primas, y que las compañías sean capaces de utilizar los recursos para mejorar la eficiencia en los procesos.
A pesar de la situación, Mulet rechaza la idea de que la calidad de los productos puede verse afectada. En España, «cualquier alimento del supermercado, restaurante o bar no tendrá nunca ningún problema de seguridad alimentaria«, asegura. Nuestras materias primas son buenas y los controles, también. Pero «no podemos bajar el nivel de exigencia», advierte.
Para frenar la subida de precios, el sector puede trabajar los márgenes a corto plazo, indica el experto, pero «no es una solución deseable» porque la industria busca obtener beneficios. Así que el futuro pasa por aplicar innovación tecnológica y hacer los procesos más eficientes.
La UE no lo está poniendo fácil para ser más eficientes
En este sentido, Mulet recuerda que la Unión Europea no lo está poniendo fácil, porque pretende que en 2030, el 25% de la superficie europea sea ecológica y reducir el uso de pesticidas. Pero esta medida «limita» a la industria, porque el modelo ecológico «no es precisamente el más eficiente».
En las empresas españolas ya se están tomando muchas medidas para ser más eficientes, la I+D que hay ahora respecto a las que había hace unos años en el campo alimentario y en producción primaria es muchísimo más elevada. Se han desarrollado planes de fomento de innovación, pero lo frutos «no son a corto plazo». El modelo está cambiando y «vamos en buena dirección».
La subida de precios eleva la brecha social
Mulet y Del Caño coinciden en que el principal impacto de la subida de precios en los alimentos básicos es que aumenta la brecha social. El investigador indica que una persona con un nivel de vida medio o medio alto puede asumirlo, pero a medida que bajamos el nivel de vida, el porcentaje que se gasta en alimentación es más elevado, y si esto ocurre «habrá más diferencia entre ricos y pobres que es lo que más inestabilidad social crea».
La especialista apunta a que también se va generar brecha social entre las grandes industrias grandes y pequeñas, que van a tener que hacer «un gran esfuerzo» para hacer frente a todos estos cambios en materia de energía como de obtención de materias primas. A su parecer, la tendencia debería ir a unirse entre industrias más pequeñas para hacer frente a estos cambios que están aquí y a los no va a quedar más remedio que adaptarse, concluye.