La SEPI rescatará al Grupo Julià con un préstamo de 38 millones
El órgano gestor dio el visto bueno a la operación la semana pasada tras casi 14 meses de estudio
Después de un año, el consejo gestor del Fondo de Apoyo a la Solvencia de las Empresas Estratégicas que gestiona la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y el grupo de transportes y turístico Julià han acordado al fin todos los términos para la aprobación de un préstamo a largo plazo de 38 millones.
Así, el órgano gestor dio el visto bueno a la operación la semana pasada tras casi 14 meses de estudio y este último martes, con todo acordado entre las partes, se abrió y cerró casi simultáneamente el trámite de audiencia –no hay nada ya que discutir– para dar paso a la redacción de los contratos antes de la aprobación definitiva, que será dentro de una o dos semanas, previsiblemente.
De esta manera y según informa el diario La Vanguardia, Julià recibirá los mencionados 38 millones en forma de un crédito ordinario de 18 millones a devolver en seis años y de un préstamo participativo por otros 20 millones a siete años. Concretamente en esta ocasión, se ha decidido que la SEPI no entre en el consejo de la empresa de la familia Adell.
La ayuda de la SEPI, aunque ha tardado en concretarse, se puede afirmar que es absolutamente necesaria para Julià. El grupo con sede en el municipio catalán de L’Hospitalet de Llobregat, facturó 200 millones en el 2019, cuando obtuvo un resultado bruto de explotación, también llamado ebitda, de 16,5 millones.
Sin embargo, la pandemia mundial de Covid casi terminó con la compañía, que a causa del confinamiento y las restricciones posteriores vio reducidos sus ingresos a 36 millones en el año 2020. Con la mayoría de sus trabajadores en ERTE, el grupo logró 35 millones en préstamos avalados por el Instituto de Crédito Oficial (ICO) y otros 14 millones en préstamos puente de la banca.
Confía en remontar el vuelo
Y resistió en el 2021. En la actualidad, con la actividad de transportes que presta a empresas y escuelas bastante recuperada y a falta del turismo masivo –la guerra de Ucrania no ayuda al sector–, Julià confía en remontar el vuelo. Y es que la pandemia así como las extremas circunstancias de los dos últimos años le han llevado a reducir estructuras y ajustar hasta el último de los costes a la mínima expresión.
Pero la compañía intenta continuar con el apoyo público y la confianza en que el plan de viabilidad para devolver las ayudas es lo suficientemente sólido para no sufrir contratiempos en el camino. Por otra parte, al margen de Julià, varias decenas de compañías –como por ejemplo Celsa o Abengoa– esperan la resolución de sus expedientes por parte de la SEPI antes del próximo 30 de junio.