La ruina del Circuit de Catalunya: cuesta casi el doble de lo que ingresa
La instalación deportiva ya perdía dinero antes de la pandemia pese a contar con 18,5 millones de euros de subvenciones ordinarias al año
El Circuit de Catalunya ha necesitado un salvavidas de 19 millones de euros de la Generalitat para cubrir las pérdidas previstas para este año. Pero sus males no son fruto de la pandemia –si bien resulta obvio que los ha incrementado– pues lleva años en números rojos pese a que casi la mitad de su presupuesto emana de las arcas públicas.
La instalación de Montmeló cerró 2019, el último año de competiciones deportivas celebradas con normalidad y público, con unas pérdidas de 3,8 millones de euros. Es cierto que eran un tercio de los números rojos de 2018 (más de 10 millones), pero también porque las administraciones duplicaron su inyección ordinaria al Circuit, desde los 9,5 a los 18,5 millones de euros.
La ruina del circuito de motociclismo y carreras de coches se ve muy rápidamente echando un ojo a sus cuentas: solo ingresa con su actividad algo más de la mitad de lo que cuesta. El resto tiene que ponerlo el sector público, con la Generalitat a la cabeza, y aun así pierde dinero.
En 2019, cuando se celebraron las pruebas de Fórmula 1 y de Moto GP con público, la empresa que preside Maria Teixidor ingresó 24,75 millones con su actividad. Los gastos ordinarios, en cambio, ascendieron hasta los 43 millones, de los que 40,8 eran gastos de explotación y 2,5 millones, de personal.
Con estas cifras, el Circuit de Catalunya es claramente inviable. Como es considerado un polo de atracción turística y de negocios –el Govern estima que genera un impacto económico de 340 millones en su entorno–, las administraciones de las áreas beneficiadas aportan su granito de arena.
En 2019, entre la Generalitat, la Diputación de Barcelona y el Ayuntamiento de Montmeló –accionista minoritario pese a que el 80% es de la Generalitat– inyectaron 18,5 millones de euros, el doble que en el año anterior, y aun así la instalación perdió dinero.
Es por ello que el propio Govern, directamente o a través del polémico Institut Català de Finances, ha tenido que salir al rescate de la infraestructura en más de una ocasión en la última década. La última, este 2021, como adelantó Nació Digital, cuando a causa de la pandemia, las pérdidas previstas se han multiplicado.
Y eso que para este año, el Govern ya preparó la chequera y, pese a tener los presupuestos de 2021 prorrogados, multiplicó por 2,3 su subvención ordinaria al Circuit de Catalunya, de 6 millones en 2020 a 14,2 millones. La Diputación de Barcelona mantuvo su inyección en los 1,4 millones.
El Govern rescata el Circuit con otras empresas públicas
Por tanto, además de estos 15,6 millones de euros ordinarios, la instalación ha necesitado 19 millones más: 11,1 millones que aprobó el Govern el 13 de julio y 7,9 millones más que aprobó posteriormente pero de los que no informó tras la reunión ejecutiva del equipo de Pere Aragonès, si bien sí colgó en el portal de transparencia.
Estos 7,9 millones, aprobados por la consejería de Empresa que dirige Roger Torrent, llegarán al Circuit de Catalunya por dos vías. La primera, 5 millones a través de la empresa pública de promoción empresarial Avançsa, que según su web, se dedica a “impulsar la reconversión industrial del país y dar apoyo técnico, administrativo y económico a las empresas”.
Los otros 2,9 millones saldrían del ICF, que antes de que Jaume Giró lo usara para avalar las multas del Tribunal de Cuentas a los líderes del procés al no encontrar banco, funcionaba como una especie de ICO catalán aunque también se usa para sustentar empresas públicas.