La plantilla del Santander se une a las quejas por la presión comercial de las oficinas ante la falta de personal
El sindicato UGT recuerda que el ultimo ERE se estructuró en base al cambio de horario de las oficinas, pero ahora este se vuelve a ampliar y no cuentan con el mismo personal
La plantilla del Banco Santander se une a las quejas de Caixabank, que desde hace meses viene denunciando que los cierres de oficinas, la falta de personal y los ambiciosos objetivos comerciales por parte de la dirección no les permiten atender bien a los clientes que acuden a la sucursal. Y tras la negativa del banco a escucharles, sus trabajadores decidieron protestar en la calle este mismo martes.
En el banco que preside Ana Botín ocurre lo mismo, y el malestar de la plantilla empieza a sentirse. Sin embargo, los sindicatos descartan -de momento- realizar cualquier tipo de movilización en la calle. Lo que si ha hecho UGT este mismo viernes es visitar las oficinas más emblemáticas del banco para entregar a los trabajadores una circular donde se explica la situación que ven diariamente y lo que han pedido al banco para atajar el problema.
En concreto, el sindicato ha visitado las oficinas de Madrid, Valencia, Alicante, Sevilla, A Coruña, Oviedo, Santander, Barcelona y Toledo. «Hemos ido a las oficinas más grandes de las principales provincias de España, en número limitado para que no se considere concentración, desde donde se ha iniciado una campaña en defensa de los trabajadores«, explica Marisa Franco, responsable de UGT en Banco Santander.
«Estamos en medio del huracán», asegura. Por una parte, está la dirección comercial del banco y su inquietud por la digitalización y por otro, el cliente que no quiere correr o no corre tanto como la banca están intentando. Además, hay falta de personal por los ERE continuados y la venta se ha convertido en la única razón de ser, añade.
En opinión de la responsable de UGT, un banco no deja de ser una empresa de servicios, pero este no es de calidad por la situación que vive la plantilla. «El ultimo ERE se estructuró en base al cambio de horario de las oficinas, que se redujo de 9 a 11, dejando el resto de la mañana libre para cumplir los objetivos comerciales», indica.
Pero ahora el banco amplia este horario de atención al público, a propósito del decálogo de medidas que se ha impuesto para atender mejor a los mayores, por lo que la situación se complica. «Se amplia el horario pero se mantienen los mismos objetivos y además, con una plantilla mucho más reducida«, critican.
Franco asegura que algunos clientes se enfadan con el personal que trabaja en las oficinas, porque son los que están de cara al público, lo entienden y quieren atenderles lo mejor posible, «pero no siempre podemos porque el banco quiere digitalizar, es la base de su acción comercial hoy y además hay que cumplir objetivos comerciales».
Ante esta situación, UGT se ha dirigido a la dirección comercial del banco, al consejero delegado, a la directora de recursos humanos y a la de relaciones laborales, en una carta donde explican la situación, en concreto, como se está trabajando entre «la presión del banco y la del cliente que se siente mal atendido«.
Y esto está provocando que suban las crisis de ansiedad entre la plantilla, como ha denunciado Caixabank hace días. UGT, además, ha puesto de relieve que se extiende por toda la banca. «Espero que la dirección tome medidas, nuestra relación con el banco suele ser bidireccional y habrá que sentarse a hablar, negociar y dialogar mucho para que entiendan la situación en la que nos encontramos», concluye.