La plantilla de Nissan rubrica el divorcio con la empresa
Los trabajadores rechazan la última oferta de la automovilística, que vence este martes, porque no les garantiza el empleo hasta el cierre de la planta
Sindicatos y Nissan confirman este martes el divorcio que se produjo la semana pasada entre ambas partes. En las negociaciones del cierre de la fábrica de Zona Franca (Barcelona), la empresa lanzó el viernes a última hora una oferta que vendió como definitiva y que estaría cuatro días sobre la mesa. Ni la presión aflojó la distancia con el comité de empresa, que rechazará de forma definitiva el acuerdo en estos términos y abrirá una puerta a lo desconocido a partir de ahora.
La propuesta que quedó sobre la mesa ofrece mantener la actividad de la planta de la Zona Franca y sus dos satélites –en Sant Andreu y Montcada— hasta diciembre de 2021 siempre que se reinicie la producción a finales de agosto. Además, garantiza el empleo hasta fin de año.
Mientras, se creará una mesa de reindustrialización y seguimiento de la actividad de la fábrica con gobiernos y trabajadores. También se comprometió a incluir una cláusula de cara a futuros compradores para que los trabajadores de Nissan Motor Ibérica afectados por el ERE tengan prioridad a la hora de ser contratados.
Sin embargo, la firma también presentó su propuesta de ERE, que dividía a los empleados en tres categorías. Los mayores de 54 años tendrán derecho a prejubilaciones que complementarán su salario al 90% hasta los 63 años años. Los que tengan entre 50 años y 54 años, verán reducida su prestación al 75% hasta que cumplan 61 años. Los menores de 50 años recibirán una indemnización de 60 días por año hasta un máximo de 42 mensualidades.
Además, la empresa lanzó una propuesta especial para el sector más joven de la plantilla, pues les ofrece un derecho preferente para incorporarse a la plantilla del posible inversor de Zona Franca a cambio de recortar la indemnización a la mitad.
Los sindicatos chocan con la empresa
Fuentes sindicales confirman a Economía Digital que la respuesta será negativa, pues las posiciones están muy distanciados en tres puntos de la proposición. El primero, y más importante para el los trabajadores, las garantías al empleo. «Hay fórmulas en el convenio para que no haya despidos mientras Nissan siga produciendo, pero no quieren comprometerse a aplicarla», señalan las mismas voces.
En paralelo, piden que la automovilística nipona sea un actor más activo en la búsqueda de un nuevo inversor y no un mero invitado en una mesa a tres bandas con las administraciones. «Nissan tiene activos que puede ofrecer para seducir a compradores», añaden.
Y por último, el comité de empresa lamenta las indemnizaciones propuestas por la organización, más bajas incluso que las ofrecidas en el ERE para 600 personas presentado el año pasado.
A pesar de todo, los sindicatos no cierran la puerta a volver a sentarse con la compañía, algo que tampoco se descarta desde el otro bando. En una entrevista concedida a TV3, Frank Torres, el directivo encargado para pilotar el cierre, admitió que está abierto a mejorar la oferta si la plantilla hace renuncias.
«Si no las tomamos ahora, no habrá producción a partir de enero del 2021 y no habrá ninguna opción de continuar produciendo», advirtió. Antes, avisó de que las pretensiones económicas de los trabajadores no se podían cumplir por motivos económicos.
Según Torres, que no descarta una posible mediación del Gobierno, los potenciales interesados en reindustrializar las plantas de Nissan han pedido tiempo y paz social.