La plantilla de Merlin y la tibieza de Manuel Lao salvaron a Ismael Clemente de la embestida de Banco Santander
La carta firmada por 185 trabajadores y toda la directiva rechazaba de pleno las aspiraciones del primer accionista (22%) de la socimi. Nortia (8%) tampoco se alineó de pleno con sus planes
Ismael Clemente salió vivo el lunes de la primera batalla librada abiertamente contra Banco Santander por el control de Merlin Properties. El consejo de administración de la socimi se reunió de urgencia para abordar el cese del directivo a petición de Javier Garcia-Carranza, presidente de la cotizada en representación de la entidad. Lo mantuvo en el cargo gracias al apoyo en bloque de la plantilla y a las dudas de Nortia, segundo accionista de la sociedad, sobre la estrategia del banco. No queda claro eso sí que la paz sea definitiva.
En un consejo de más de dos horas y media de duración celebrado en la sede que Merlin tiene en el paseo de la Castellana, los 13 consejeros de la Ibex aprobaron salvar la cabeza de Clemente, consejero delegado y uno de los fundadores de la empresa, aunque acordaron “por unanimidad” iniciar “un proceso de reforma de la gobernanza, con el objetivo de mejorar la misma”. No se precisó en qué consistirá esta reforma.
La decisión sorprendió a las fuentes consultadas, incluso en el entorno del propio Clemente. Otras voces explican que la carta remitida por toda la directiva y 185 de los 220 trabajadores fue clave en la votación, pues se temió por una dimisión conjunta de la dirección junto a su consejero delegado. Más en una empresa en la que los trabajadores aportan un valor añadido a su funcionamiento.
“No al feudalismo corporativo”, denunciaron los empleados, en referencia a Banco Santander, que ostenta el 22% del capital. En la nota denunciaban los «comportamientos abusivos y feudales por parte de accionistas minoritarios que pretenden ejercer el control mayoritario hurtando al resto de accionistas su participación en la toma de decisiones, ahorrándose de esta forma el pago de la prima correspondiente”.
Lo cierto es que la entidad de origen cántabro se quedo sin suficiente fuerza en el consejo de administración. El banco tiene tres personas en órgano: Javier Garcia-Carranza, Francisca Ortega e Ignacio Gil-Casares. También existen independientes como Pilar Cavero a los que se considera alineados con las tesis que defienden habitualmente los representantes del accionista de referencia.
No obstante, los planes del Santander no convencían a la totalidad del capital. Más allá de que algunos independientes cercanos a Clemente no veían con buenos ojos la destitución, el segundo accionista de la socimi no se alineó con la banca. Nortia (8%), el fondo de inversión de Manuel Lao, se mantuvo entre dos aguas, como ya venía haciendo en los primeros capítulos del conflicto y no se posicionó por el cese del consejero delegado.
La consejera del vehículo inversor, Ana Forner, ya había frenado en otras ocasiones los órdagos del presidente contra el equipo directivo.
Calma tensa en Merlin Properties
Una vez terminado el consejo, Merlin Properties acordó abrir un «proceso de reforma de la gobernanza», pero no detalló en qué consistirá. Además, presidente y consejero delegado expresaron “su respeto mutuo” en la misma nota. A pesar de los reproches salidos desde ambos bandos, Garcia-Carranza y Clemente trataron de aparentar normalidad en sus relaciones.
En el texto, la organización manifestaba «su rechazo de manera expresa al contenido de las noticias aparecidas en los distintos medios de comunicación durante los últimos días, y, en particular, aquellas descalificaciones contra determinados accionistas y consejeros de Merlin».
Se da por hecho que el relevo del consejero delegado no se producirá en un futuro próximo. En el sector se especula con que Banco Santander podría volver a intentarlo en la próxima junta de accionistas intentando captar a accionista minoritarios para sus tesis. Todas las voces consultadas sostienen que habrá más capítulos en este enfrentamiento.
Mientras, Clemente y su mano derecha, Miguel Ollero (director corporativo), deberán resistir a Garcia-Carranza uno de los ejecutivos más duros de la banca española. Las tensiones con él arrancaron, según varios medios, por la intención del Santander de excluir de bolsa a la socimi para gestionar sus activos. La negativa de los ejecutivos provocó ya en un primer momento la salida de David Brush, otro de los fundadores de la cotizada.