La plana mayor de Naturgy y Repsol planta a Teresa Ribera en el gran foro de inversores
Francisco Reynés y Josu Jon Imaz no pisarán el evento, al que además de una comida con la vicepresidenta de transición energética, también asistirá Pedro Sánchez
La relación del Gobierno y las empresas energéticas vivió los peores momentos de la última década en verano y parte de otoño del año pasado. El ajuste de Teresa Ribera al recorte a las eléctricas, que lo dejó en prácticamente nada, enterró las hachas, pero la relación sigue sin ser muy fluida, al menos con algunas de ellas.
Los máximos representantes y primeros ejecutivos de Naturgy, Francisco Reynés, y Repsol, Antoni Brufau y Josu Jon Imaz, han decidido plantar a la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Energética, y al resto del Ejecutivo este miércoles y también el jueves en el Spain Investors Day, el gran foro para inversores que se organiza en Madrid con la colaboración de varias empresas y, también, del Gobierno.
El Ejecutivo de Pedro Sánchez se ha volcado en este evento, dentro de su estrategia de visualizar que España sigue siendo atractiva para los inversores internacionales pese a las turbulencias políticas, las divisiones en el Gobierno y conflictos como el catalán. Además de Ribera, también participan Reyes Maroto, Nadia Calviño y, en la clausura, el propio presidente español.
Pero los que brillan por su ausencia son los mayores directivos de las Ibex energéticas. Solo uno de ellos, José Bogas, consejero delegado de Endesa, tiene protagonismo en el foro y participa en una mesa redonda y, además, presenta a Ribera, cuya intervención será en el almuerzo de este miércoles. Pero eso es porque la eléctrica que dirige es uno de los partners del Spain Investors Day.
El resto de altos ejecutivos de las grandes energéticas españolas no participan en el evento. Ni Iberdrola ni Enagás ni REE ni Naturgy ni Repsol. Pero además, los de las dos últimas ni siquiera pisarán el Hotel Mandarín Oriental Ritz, junto al Retiro, según confirmaron desde las propias compañías. Iberdrola no respondió acerca de la asistencia de Ignacio Sánchez Galán.
Ni Reynés ni ningún otro ejecutivo de Naturgy representa a la compañía este miércoles en el foro, ni siquiera al almuerzo con Ribera. El jueves sí, será Jorge Barredo, el director general de Renovables, uno de los fichajes de la compañía para renovar la cúpula hace dos años, quien asistirá a alguna sesión.
El presidente y el consejero delegado de Repsol tampoco irán al foro. La petrolera, en cambio, sí que ha mandado a un representante de su comité ejecutivo este miércoles al evento. Se trata de Antonio Lorenzo, director financiero (CFO). La compañía lo justifica porque Lorenzo es quien se encarga de la relación con los inversores, que es el objeto del Spain Investors Day.
Los desencuentros de las eléctricas con Ribera
Estos plantones se producen en un momento de calma chicha en el sector energético. Las empresas montaron en cólera en verano de 2021, cuando el Gobierno empezó a culparlas de la subida del precio de la luz, y más cuando anunció que tomaría medidas contra ellas por los “beneficios extraordinarios” que se llevaban por el encarecimiento del Kwh.
Capitaneados por un Ignacio Sánchez Galán que ensombreció el papel de lobby y portavoz que tienen las patronales del sector, las grandes eléctricas se defendieron, aseguraron que no estaban teniendo beneficios extraordinarios ni vaciando embalses para aprovechar las subidas de precio y combatieron la promesa del Gobierno de castigarlas con anuncios de posibles encarecimientos de la factura.
El presidente de Iberdrola incluso llegó a decir que si el recorte, anunciado por Ribera, se terminaba materializando, tendrían que subir o romper contratos con grandes clientes; pero también le dijo que si daba marcha atrás, se respetarían los acuerdos con dichos clientes, grandes empresas mayoritariamente industriales, que establecían precios fijos muy inferiores al pool.
Pocos días después del último y mayor aviso de Galán, el Consejo de Ministros aprobó una reducción considerable del recorte, que solo afectaba a las compañías en unos 300 millones de euros. Las eléctricas ganaron y callaron. Pero la relación de algunas de ellas con el Gobierno y con Ribera sigue sin ser fluida.