El presidente de la Generalitat, Artur Mas (CiU), cumple siempre con la tradición casi litúrgica de encabezar el evento más importante del año para los empresarios de Terrassa (Barcelona): la Nit de l’Empresari. Incluso acudía a la cita cuando estaba en la oposición. El escenario es amable para Mas. Y el discurso de este año del máximo responsable de Cecot, Antoni Abad, ha sido casi un bálsamo tras una semana en la que los mensajes del empresariado catalán ante el proceso soberanista que lidera han ido en una sola dirección. La contraria a la que él propone.
“Diálogo con España”, han reclamado el presidente de la Cambra de Comerç de Barcelona, Miquel Valls; el máximo directivo de Abertis y del comité de expertos económicos del Ejecutivo catalán, Salvador Alemany; y el consejero delegado de La Caixa, Juan María Nin.
Todos ellos, poco versados a oponerse públicamente a la política imperante en la Generalitat, a diferencia de otros ejecutivos como el presidente del Grupo Planeta, José Manuel Lara; o el de Freixenet, Josep Lluis Bonet.
Fin del diálogo
Abad ha estado presente en muchas quinielas para ocupar un cargo en el gobierno de Mas y representa la voz discordante en la patronal madre de Cecot, Foment del Treball, cuando se trata de consensuar una posición sobre el derecho a decidir. En su intervención en la XIX Nit de l’empresari, ha sentenciado que la vía del diálogo entre Catalunya y España está agotada. Pero por culpa del Gobierno central.
El presidente de Cecot considera que la desafección viene dada por una acción política que interfiere en muchos otros ámbitos, entre ellos el empresarial, y supedita la acción a sus caprichos. Con prebendas, aunque pasa de puntillas por este tema. También puntiagudo en Catalunya. “Esta mala praxi, con responsabilidad por ambas partes, ahora se muestra aún más obsoleta y perversa en el escenario de la relación Catalunya-España”, ha dicho.
España obsoleta
El análisis de Abad pasa por una Estado que “año tras año es menos atractivo para hacer negocio (como varios organismos internacionales cuentan en sus informes)” y que “desatiende de forma irresponsable el territorio más industrial y productivo: Catalunya”. Incluso ha cargado contra el Ministro de Industria, José Manuel Soria (PP), por no visitar la comarca del Vallès Occidental (Barcelona), uno de los polos industriales del país.
Para serenar el tono de la discusión, según su análisis, el presidente de Cecot ha echado mano de Antonio Machado: “Si cada español hablase de lo que entiende, y de nada más, habría un gran solencio que podríamos aprovechar para el estudio”. Su mensaje anticrispación ha continuado: “Haciendo uso de nuestro principal recurso que es la inteligencia, desde la patronal queremos defender un futuro que invite a arriesgar para progresar”.
“No pararemos”
Tampoco hay margen para el diálogo por la falta de costumbre, ha asegurado Abad. Recuerda que no ha habido ningún gran pacto de Estado desde hace 36 años. ¿Hay voluntad de diálogo si hasta ahora no se ha producido?, inquiere. “O España cambia sus comportamientos y sus estructuras de Estado, se refunda por modernizarse y homologarse internacionalmente o no pararemos”.
“Consultar a la ciudadanía es un elemento de calidad democrática, el derecho a decidir no es para una sola vez y una sola pregunta”, sentencia.
Menos recortes
Abad sólo ha puesto un poco contra las cuerdas a Mas al reclamarle menos recortes presupuestarios. “Las empresas están al límite y no se puede continuar ordeñando los puntales de la recuperación”. Eso sí, los supedita a los mayores fondos de la Unión Europea que puedan llegar para programas de innovación, emprendeduría e internacionalización.
También reclama un papel más activo del empresariado a la hora de decidir grandes políticas del país. Especialmente, en los presupuestos.
El presidente de Cecot ha cerrado su intervención citando a Erich Fromm, cuyo título de referencia es Miedo a la libertad.