La patronal de bebidas y alimentación, al borde del cisma
Los presidentes de grandes fabricantes y distribuidores intentan evitar la división en dos de la FIAB, zarandeada por varios grupos de interés
El presidente de Alimentaria y Freixenet, Josep Lluís Bonet, ha hecho hoy un llamamiento a todas las industrias de la alimentación y bebidas agrupadas hasta ahora en la Federación Española (FIAB) para que superen la guerra fraticida entre productores de marcas propias y de marcas de distribuidor.
Bonet ha reconocido a Economía Digital “no tener sentido que se reproduzca en esta patronal una división similar a la experimentada en el mundo del cava con la creación de Pimec Cava frente a los grandes productores”. No obstante, reconoce que dentro de la patronal “pueden existir grupos de interés o afinidad legítimos”, pero en su opinión, “no tiene sentido una división”.
El presidente de Freixenet, con el corazón partido, por regentar una importante marca propia al tiempo que también fabrica para marcas blancas, clama para que “se busquen equilibrios con objeto de que nadie pueda obtener ventajas” en el seno de la FIAB.
Por su parte, Jaime Aguilera, presidente de Unilever España, asegura que “no existe riesgo de rotura de la patronal en dos”, siguiendo los pasos de las tres patronales de la distribución: Anged (grandes superficies), Aces (supermercados) y Asedas (distribuidores). A esta multinacional se le atribuye formar parte de un lobby catalán junto a Nestlé y Danone para, supuestamente, “dar un golpe de timón a la FIAB”.
Guerra de precios
Las declaraciones de su máximo representante desmienten la existencia de un mar de fondo, aunque un centenar de fabricantes de los productos de Mercadona hayan amenazado con salir de la FIAB. Aguilera niega que Unilever tenga “ganas de polemizar” y señala que la intención de los grandes fabricantes de marcas no es otra que “la patronal española sea equivalente a la europea”.
Sin embargo, el presidente de Unilever España enfatiza que “aportar más valor no es igual a reducir precios”. A su juicio, “precio y calidad deben ir de la mano, aunque no debemos sacrificar la calidad aunque el precio de las materias primas aumenten”.
Jaime Aguilera defiende que la guerra de precios bajos desatada por la crisis y la caída del consumo, “genera menos dinero y eso provoca reducción de trabajo y al caer el empleo se genera un círculo vicioso, especialmente en economías muy maduras como la nuestra”. La solución para Unilever no es otra que la “permanente escucha” del consumidor y la innovación.
Por su parte, Juan Antonio Germán, director general de relaciones externas de Mercadona, se desentiende totalmente de la iniciativa llevaba a cabo por cien de sus fabricantes de productos bajo la marca Hacendado, Delyplus y Bosque Verde, entre otros).
‘El carro menú‘
Mercadona, que pertenece a la patronal Asedas de distribuidores, tensó las relaciones con el resto de fabricantes al promover hace dos años líneas propias de productos, reduciendo las referencias en sus supermercados a la mínima expresión con la idea de “prescribir lo que nosotros denominados carro menú con objeto de que el consumidor se ahorre dinero y vuelva”. Una selección de productos que para Mercadona ha comportado elevar su facturación un 6 por ciento hasta los 16.500 millones de euros en un entorno de crisis.