La patronal catalana ataca a Mas por «falta reiterada de neutralidad»
La consejería de Empresa y Empleo defiende la objetividad en la revocación de la representatividad de Fepime
Fuego abierto entre la primera patronal de Cataluña, Foment del Treball, y el Govern de la Generalitat. El enfrentamiento es ya público y sin matices. La decisión de la consejería de Empresa y Empleo de revocar la condición de máxima representatividad a Fepime, patronal de pimes vinculada a Foment, ha provocado las iras en las filas de la organización empresarial, que ha acusado al Govern de «falta reiterada de neutralidad», lo cual «lamenta y denuncia».
Como avanzó Economía Digital, el pasado lunes la Comisión Jurídica Asesora de la Generalitat emitió un dictamen, de carácter vinculante, en el que instaba a Empresa y Empleo a quitar a Fepime su representatividad, que le permitía participar en los organismos de diálogo social entre el Govern, sindicatos y patronales, como en el Servei d’Ocupació de Catalunya (SOC), el Tribunal Laboral, etc.
Victoria de Pimec
Hasta 2011, sólo Foment y Pimec tenían representatividad y podían sentarse en dichas mesas de negociación, pero una sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), por silencio administrativo, le otorgó una representatividad del 15%.
Pimec y la Generalitat recurrieron al Tribunal Supremo, que tumbó los recursos, pero la administración catalana, a instancias de Pimec, lo llevó a la comisión jurídica, que finalmente dictó a favor de dejar a Pimec como única representante de las pequeñas y medianas empresas.
«Ignora la libertad de asociación empresarial»
Después de estudiar el dictamen, Fepime ha salido al paso para defender su papel y denunciar «falta de neutralidad». «Esta decisión denota una grave irresponsabilidad en renunciar, de hecho, la administración pública de la Generalitat de Catalunya a ejercer como actor neutral e ignorar los principios de libertad sindical y asociación empresarial», ha añadido Fepime en un comunicado.
La patronal de pymes de Foment ha recordado también que la resolución del Govern «es contraria a la sentencia del 25 de setiembre de 2012 del Tribunal Supremo, que no admitió los recursos interpuestos por la Generalitat y Pimec contra la sentencia del TSJC».
Fepime no ha concretado todavía qué acciones va a emprender para volver a revertir la situación y recuperar su representatividad. Si lo hace, tiene dos vías: presentar un recurso de reposición ante la Generalitat, u optar directamente por la vía contenciosa administrativa, que abriría una batalla judicial contra la administración catalana.
Enmienda al TSJC
Desde la consejería de Empresa y Empleo defienden su neutralidad y han explicado que su papel fue el de hablar y escuchar los argumentos de ambas partes y llevarlo a la comisión jurídica, que ha sido la que finalmente ha decidido. También aseguran que el Govern puede revocar la decisión del TSJC porqué ésta no entraba en el fondo de la cuestión, de si Fepime cumplía o no los requisitos de representatividad, sino que se limitó a aplicar un silencio administrativo cuando, a ojos de la Generalitat, no procedía.
La guerra entre Foment y Fepime por un lado y el Govern por el otro, no empieza aquí. Algunas voces habían alertado de la preferencia de Artur Mas por Pimec porqué se había acercado algo más al proceso independentista, apostando por el derecho a decidir, mientras Foment era más crítica, con algunas declaraciones de su presidente, Joaquim Gay de Montellà, en contra del proceso. Un destacado empresario vinculado a la primera patronal catalana transmitía el martes a este digital sus sospechas de que Felip Puig, consejero de Empresa y Empleo, estaba manteniendo una guerra particular contra Fepime.
Guerra empresarial
La reacción de Fepime también evidencia el mal momento que viven las relaciones entre las dos principales patronales catalanas, Foment –incluyendo a Fepime– y Pimec. De hecho, las malas relaciones llegan a Madrid con la CEOE, como explicó Economía Digital este martes. La organización de pymes vinculada a Foment ha lamentado el papel de Pimec, ya que su representatividad en las mesas de negociación, del 25%, no se ha visto afectada por todo este proceso.
Fepime asegura en el comunicado que «ha trabajado abriendo las puertas para avanzar hacia la unidad de acción de las organizaciones empresariales» e insinúa que Pimec ha trabajado en el sentido contrario. Foment y Pimec han iniciado varios intentos de fusión en las últimas décadas, que siempre han terminado por empeorar las relaciones entre ambas, como muestra el conflicto actual, que en sus inicios, en 2011, dinamitó el último intento de unidad.