La nueva Freixenet vende bodegas y ordena el negocio internacional
El líder del cava se deshará de la mayoría de sus activos de vino tranquilo y eliminará duplicidades con Henkell en Europa y Estados Unidos
El acento alemán ya es perfectamente audible en Freixenet. Después de que Henkell tomara el control del líder del cava a finales de julio, la nueva cúpula ya toma las primeras decisiones visibles. A la apuesta por el prosecco para captar el público más joven se une un reestructuración societaria para eliminar duplicidades y la venta de algunas bodegas que no se consideran estratégicas para el futuro de la compañía.
El consejero delegado de la compañía catalana, Pedro Ferrer, admitió que la venta de la mitad de la cavista llevaba comprometidas desinversiones en algunas bodegas vinícolas del grupo como las que tiene en Galicia y Ribera del Duero. Todavía a falta de firma, los activos pasarán a ser gestionados directamente por la familia Ferrer.
En cambio, las bodegas de vino tranquilo catalanas permanecerán en la órbita de la compañía. Es el caso de históricas como René Barbier, un ejemplo sobre la que no está prevista ninguna operación corporativa.
Las bodegas en Australia aparecen en todas las quinielas para ponerse a la venta
Las ventas se analizarán también a nivel internacional. Mercado a mercado. «Las bodegas que tenemos en California nos interesan mucho, pero las que tenemos en Australia no son tan estratégicas», comparó el propio Ferrer. En el ejercicio 2016/2017 –el último disponible en el Registro Mercantil– la producción en Oceanía fue de apenas 1 millón de euros.
En el otro lado de la balanza queda la adquisición de otras empresas del sector. Una vez digerida la integración de Freixenet, desde Henkell aseguran que siguen atentos a cualquier oportunidad de mercado. Queda por ver que sucederá con Cavas Hill, también propiedad del grupo alemán, que por el momento mantiene su independencia.
Henkell se pone a eliminar duplicidades con Freixenet
Para ganar en eficiencia, el grupo Henkell Freixenet también se ha puesto manos a la obra para eliminar duplicidades. El conglomerado optará por quedarse con una sociedad por país, la que cuenta con más músculo en el territorio.
En Australia y Suiza será Freixenet la empresa que sobreviva mientras que en Austria Henkell se comerá a la sociedad catalana y distribuirá directamente sus productos.
De este modo, con el nuevo año arrancarán las primeras operaciones conjuntas en Estados Unidos y el Reino Unido bajo el nombre de Freixenet Mionetto –la marca de prosecco más vendida del mundo— y Freixenet Copestick, respectivamente.
La intención es que el 15% de los espumosos de Freixenet sea prosecco
El espumoso italiano será protagonista para la empresa en los próximos años. El propio Pedro Ferrer explicó que en 2020 aspira a poner al mercado unos 15 millones de unidades frente a los 5 millones que se producen en la actualidad. “El objetivo es saltar del 5% que el prosecco representa ahora mismo en la división de espumosos a un volumen que ronde el 15%”, cuantificó. El vino se producirá en la región italiana de Véneto, donde el grupo ya cuenta con bodegas por lo que no serán necesarias nuevas inversiones.
Antes, las expectativas son modestas. «Si acabamos el año con un crecimiento del 2% o el 3% en el mercado doméstico, que el año pasado aportó 100 millones de ingresos, estaremos muy satisfechos», cifró el ejecutivo.