La nueva Caixabank prevé un impacto de 1.757 millones por la Covid-19

El banco catalán provisiona más de 1.200 millones, por 505 de Bankia, ante el repunte de la morosidad por la pandemia, que esperan este mismo año

Gonzalo Gortázar en la presentación de la fusión de Caixabank y Bankia. Foto: Caixabank

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José Ignacio Goirigolzarri y Gonzalo Gortázar, presidente de Bankia y consejero delegado de Caixabank respectivamente, tienen todavía trabajo por delante para terminar de definir la nueva Caixabank, que nacerá en marzo y unirá los caminos de ambos directivos. Pero sí saben ya cuánto puede costarles el coronavirus en impagos: 1.757 millones de euros.

Ambos bancos, que cuando termine este trimestre serán uno a nivel formal y en verano, a nivel comercial, presentaron esta semana los resultados de 2020. Como en todo el sector financiero, la tónica es el impacto del coronavirus, pero más que en este primer año de golpe, en el que se espera.

En realidad, las cuentas de Caixabank y Bankia no reflejan grandes agujeros por la crisis de la Covid-19. Los márgenes, que son los que hablan de cómo va el negocio ordinario, caen, pero lo hacen muy moderadamente. Los del banco catalán, entre un 1 y un 2%; los de la entidad madrileña, entre un 4% y un 8%.

Son cifras que poco tienen que ver con los grandes descensos del negocio que han vivido empresas turísticas, el comercio e incluso la industria. La morosidad, otro indicador de la situación económica en el balance de un banco, no solo no subió en 2020 sino que ambas entidades lograron rebajarla ligeramente.

El golpe del coronavirus, pues, apenas lo han notado todavía, pero, como quien ve el relámpago y espera el trueno, saben a ciencia cierta que vendrá. Por ello, los resultados de 2020 han arrojado caídas de los resultados: se están preparando para lo que viene con provisiones nunca antes vistas.

Lo que explica una evolución del negocio tan poco afectada por la pandemia es que la crisis ha sido tan grave y brusca que los gobiernos se han visto forzados a actuar con rapidez. Con el apoyo de Bruselas, todos los países de la Unión Europea han salido al rescate de familias y empresas, lo que ha beneficiado, más que a cualquier otro sector, a la banca.

José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia y futuro presidente de Caixabank. Foto: Bankia
José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia y futuro presidente de Caixabank. Foto: Bankia

El Gobierno de Pedro Sánchez aprobó medidas como los ERTE, los créditos ICO y las ayudas a autónomos que aliviaron, y todavía alivian, la economía de familias y empresas, lo que provoca que no incurran, todavía, en impagos. Pero además, y esa medida es directamente financiera, estableció la moratoria hipotecaria y crediticia obligatoria para familias con dificultades.

Las moratorias han sido otro gran salvavidas, pero no solo para los beneficiarios, sino también para los bancos; por ello, también cuando no han sido obligatorias, las han negociado bilateralmente con el cliente. Y es que cuando una entidad da una moratoria, aunque el cliente esté seis meses o un año sin pagar la cuota, no incurre en impago y, por tanto, no se considera morosidad.

Por todo ello, las ratios de dudosos de Caixabank y Bankia se mantienen en cifras aceptables: 3,3% para el primero, 4,7% para el segundo. En total, suman un saldo de crédito impagado de 14.814 millones de euros (8.601 del banco de La Caixa y 6.213 del que controla el FROB).

Caixabank espera el pico de morosidad este año

Sin embargo, este efecto algo ficticio que han creado las medidas de apoyo a familias y empresas no será eterno, y cuando terminen, se prevé que haya muchas que no resistan. Para hacer frente a ello, Caixabank provisionó 1.252 millones de euros y Bankia, 505. En total, más de 1.750 millones reservados exclusivamente para el incremento de los impagos por la crisis del coronavirus.

Las entidades prevén, pues, que la morosidad se dispare y creen además que será este 2021 cuando lo hará con más fuerza. A partir del año que viene, con la gran parte de la población vacunada, esperan que mejore mucho la situación pandémica, sanitaria y, por lo tanto, también económica.

“Nuestra previsión es que el pico de la morosidad se producirá en 2021, pero creo que será un aumento que podremos asumir con las previsiones que ya hemos hecho”, aseguró este viernes Gonzalo Gortázar, que será el auténtico hombre fuerte de la nueva Caixabank.

“El nivel de provisiones que esperamos para 2021 será inferior al de 2020. Cuánto inferior no lo sabemos, lo veremos durante el año”, añadió el consejero delegado del que será el mayor banco de España.

Gortázar fue optimista con respecto a la fortaleza de la banca española para asumir esta crisis y se mostró convencido de que podrá capear el temporal con las medidas y provisiones que está ya haciendo. “No prevemos un impacto que desestabilice el sistema financiero”, aventuró.

Xavier Alegret

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