La mayor fortuna de Venezuela pone el ojo en las televisiones autonómicas

El magnate Gustavo Cisneros desinvierte en Caracas por la caída de su imperio local y se interesa por Telemadrid y Canal Sur

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El magnate venezolano Gustavo Cisneros es el último multimillonario que ha ganado España. Con una fortuna personal de 3.800 millones de dólares (unos 2.750 millones de euros), Cisneros está desinvirtiendo en Venezuela, donde su emporio mediático se desmorona, para iniciar nuevos proyectos desde Madrid. El empresario, que ha obtenido recientemente la nacionalidad española, ha mostrado interés por entrar en las televisiones autonómicas, según explican fuentes cercanas a la familia.

Cisneros construyó su imperio con la embotelladora de Pepsi-Cola (que ostentaba un liderazgo incuestionable por encima de Coca-Cola), una cadena de supermercados, grandes almacenes y el canal de televisión Venevisión. Actualmente es dueño de empresas que facturan sobre las tres grandes pasiones del venezolano. Posee Leones de Caracas, el primer equipo de béisbol del país (el deporte nacional), la cervecería Regional y la organización Miss Venezuela.

Un imperio que se desvanece

La planta televisiva, que hasta hace poco fue el buque insignia de la fortuna familiar, vive sus peores momentos. Pese a contar con una audiencia superior al 60%, la profunda crisis económica venezolana ha desinflado las cuentas de la compañía. Venevisión tiene serios retrasos con sus proveedores y no ha podido hacer frente al pago de los seguros de hospitalización, cirugía y maternidad de sus trabajadores este año, según ha podido saber Economía Digital.

El canal no dispone de recursos para la renovación de los equipos y ha reducido al mínimo la producción de culebrones, su producto estrella. La facturación en publicidad se desploma y no es capaz de aportar el beneficio que la familia Cisneros exige por las operaciones. El empresario mantiene un pacto de no agresión con el gobierno chavista con el que se ha asegurado la permanencia de sus empresas en el país sudamericano.

Para afrontar la caída paulatina de sus ingresos en Venezuela, Cisneros diversifica sus negocios en el exterior. Tiene un grupo inmobiliario en República Dominicana, donde reside desde 2002, y también es propietario de Univisión, la primera cadena hispana en Estados Unidos. El deterioro de los ingresos en Venezuela ha afectado su posición en la lista de millonarios de Forbes. En 2003, ocupaba el puesto 55 entre los hombres más ricos el mundo cuando su fortuna superaba los 5.000 millones de dólares (unos 3.900 mil millones de euros). El año pasado bajó hasta el puesto 375, aunque se mantiene como el hombre más acaudalado de Venezuela, según ese listado oficial. El Grupo Cisneros no ha contestado las llamadas de este medio.

El agasajo de Soraya

Las intenciones de Cisneros por invertir en España facilitaron la última concesión de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio a su esposa, Patricia Phelps, hace dos semanas. Los planes del Gobierno español eran que el propio Mariano Rajoy entregara la distinción, pero el fallecimiento de su hermano impidió su presencia en el acto, que estuvo presidido por la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría.

La condecoración, celebrada en el Palacio de la Moncloa, se transmitió en vivo y de forma ininterrumpida por el canal 24 horas de Televisión Española. Tanto Sáenz de Santamaría como el ministro de Cultura, Ignacio Wert, se deshicieron en elogios hacia la trayectoria de Patricia Phelps y de su fundación, dedicada a la conservación y divulgación del arte. Phelps es la principal mecenas de la Fundación Reina Sofía y posee la mejor y más completa colección de arte latinoamericano del mundo.

El apetito de su marido por los negocios en España no es nuevo. Cisneros intentó hacerse con La Sexta cuando el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero rediseñó el mapa de las televisiones españolas. Pero el empresario terminó perdiendo la puja junto con su socio, el Grupo Zeta, con quien había compartido participación accionarial en Antena 3 entre 1992 y 1997.

El regreso del culebrón

La familia Cisneros parece tener un recuerdo borroso de sus anteriores inversiones en España (incluidas las que hicieron con Galerías Preciados), y ahora la nueva consejera delegada del grupo, la hija Adriana Cisneros, de apenas 34 años, ratifica sus intenciones de invertir con fuerza en sus reuniones sociales con empresarios españoles y con el círculo de la familia Real. «Tenemos mucho interés por invertir en el Viejo Mundo, que para nosotros es nuevo», suele repetir Adriana, periodista formada en la Universidad de Nueva York.

Además de mostrar interés por Telemadrid y Canal Sur, los Cisneros quieren más facilidades para que los contenidos audiovisuales y multimedia producidos por el grupo en Estados Unidos entren en España. Y los resultados no se han hecho esperar. Canal Extremadura estrenará este lunes la teleculebra Rosario, una bella joven que se enamora de su jefe 21 años mayor que ella y que, sin saberlo, fue novio de su madre que fue violada antes de casarse. Es un nuevo refrito de  las retorcidas tragedias amorosas que se popularizaron en los noventa. Venevisión vendió a Telecinco y Antena 3 varias producciones como Inés Duarte, secretaria y Pasionaria. Veinte años después, el dinero venezolano amenaza con volverlas a poner de moda.

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