La low cost que volará a las Seychelles dará menús gratis
Joon, filial de Air France-KLM, suma otras dos ventajas: permisos de vuelo en Rusia y las reminiscencias del negocio tradicional
Viajar a otro continente ya no es sinónimo de precios prohibitivos. De hecho, la nueva low cost que conectará España con las Seychelles –vía Francia– a partir del próximo marzo promete precios bajos y servicios tradicionales de la aviación, como los menús a bordo incluídos. Se llamará Joon y es una filial de Air France-KLM.
En los últimos tres años, primero Norwegian, seguida de Eurowings (Grupo Lufthansa), Level (Grupo IAG) y ahora por Joon reivindican que se puede viajar a la otra punta del mundo de manera asequible. La última en llegar es la filial del grupo Air France-KLM, que se estrenará en diciembre con vuelos a Barcelona. A pesar de no contar, a priori, con la mano ganadora presume de un sorprendente aliado en la batalla: Vladimir Putin.
No, la compañía francesa no ha firmado ninguna alianza con el presidente de Rusia. Sin embargo, el grupo que dirige Jean-Marc Janaillac tiene un as en la manga frente al resto: los permisos para sobrevolar Siberia y hacer mucho más eficientes las conexiones con Asia. Joon podrá aterrizar en el tan de moda Sudeste Asiático, la potencia turística de China o Japón sin tener que desviarse.
“Nosotros arrendaremos los derechos de tráfico a Air France, que puede volar sobre Rusia”, celebra Jean-Michel Mathieu, director general de Joon, en una conversación con Economía Digital. Por el momento sólo se trata de una marca integrada en su hermana mayor, pero ya está sometida a una auditoría para obtener su propia licencia. «Nada cambiará cuando eso ocurra; seguiremos utilizando sus permisos”, añade.
El continente asiático se ha convertido en un destino cada vez más popular para los jóvenes europeos. Precisamente al que se dirige la nueva operadora gala. “Tenemos prevista una expansión por Asia, pero de momento no podemos dar detalles”, evita Mathieu. Las rutas intercontinentales arrancaran la próxima primavera hacia Fortaleza (Brasil) y Mahé (Islas Seychelles). «El futuro estará enfocado en Oriente», aseguraba hace unos meses.
Sólo Joon puede sobrevolar Rusia. Level, Norwegian y Eurowings no tienen permisos
El salto será con red. Poder volar sobre el espacio aéreo ruso permite un ahorro de tiempo y combustible vital para una operativa de costes tan ajustados como es la del largo radio low-cost –-aunque Joon se desmarca un poco de la etiqueta–. Así, los acuerdos entre Francia y la antigua Unión Soviética la impulsarán frente a Norwegian, Level –del Grupo IAG— y Eurowings –propiedad de Lufthansa–.
Norwegian testeará a partir de invierno un vuelo entre Londres y Singapur sin pasar sobre la república presidida por Putin. Su ambición asiática es mucho mayor pero la falta de permisos sega la expansión. De hecho, no cuenta ni con los derechos ni en Noruega, que los otorgó a Scandinavian Airlines System (SAS).
Mientras no logra deshacer el muro ruso ni en su país, en España cuenta con la misma suerte. El convenio sólo permite las rutas sobre Siberia a una aerolínea radicada en el país y desde un solo aeropuerto. Los beneficiados: Iberia y Madrid, que lo aprovechan para aterrizar en Shanghái y Tokio desde el 2016.
Las restricciones frenan a la sociedad nórdica de unir Barcelona y la capital japonesa, una ruta que tantean varias operadoras. De este modo, se conforma con volar entre la ciudad mediterránea y Estados Unidos.
El acuerdo ‘hispanoruso’ podría beneficiar a Level, la filial de bajo coste y largo radio de International Airlines Group –que también engloba a Iberia, Vueling y British Airways–, si imitara el modelo francés. La aerolínea también busca constituirse como una compañía y no sólo una marca, por lo que de registrarse fuera de España –todavía no ha decidido su sede social— quedaría aparcada de la pugna.
En el caso de seguir en la Península Ibérica, las autoridades españolas y rusas deberían reunirse para renegociar el convenio y añadir el Aeropuerto de Barcelona-El Prat al listado de destinos permitidos.
Mientras, la cuarta operadora en discordia es Eurowings, del Grupo Lufthansa. Fuentes de la compañía reconocían hace unas semanas a Economía Digital la posibilidad de sobrevolar Rusia al operar con la licencia de SunExpress, una aerolínea chárter creada junto a Turkish Airlines en territorio otomano.
Joon tiene dos pegas: la eficiencia de sus aviones y ser más cara que la competencia
Además de la ventaja competitiva obtenida por los acuerdos intercontinentales, Joon suma otro argumento a su favor: las reminiscencias de la aviación tradicional. Al contrario que sus rivales, ofrecerá comida gratuita a bordo en los vuelos. Los competidores obligan a comprarlo al margen.
Las dudas también pesan. Un ejemplo: las rutas de largo radio se operarán con Airbus A340, naves menos eficientes que los Boeing 787 y los Airbus A350 de la competencia. Además, en 2020 sólo sumará 18 aviones destinados al largo radio por los 30 que espera tener Level en 2019 o el centenar del que ya presume Norwegian.
Destinado a un público muy sensible al precio del billete, Joon también parece tener las de perder. Su oferta de lanzamiento incluía vuelos 500 euros a Fortaleza y 600 a las Islas Seychelles. En cambio, la filial de IAG promocionaba rutas a San Francisco por 200 euros y la operadora nórdica vendía conexiones a Los Ángeles por 300 euros. Los ‘extras’ –como facturar una maleta— siempre a parte.
Ya alcanzan el 12% de las reservas en España
La porción del pastel por el que pelean estas compañías es cada vez mayor. Víctor Oliva, responsable del departamento de Transportes de Destinia, explica que desde junio “Norwegian y Level se han hecho con el 5% de las ventas desde España hacia los países a los que vuelan”. Sin embargo, en septiembre “la cuota sube al 12% impulsada, sobre todo, por las ventas de la aerolínea noruega”.
La pugna va a más, aunque igualar la revolución del corto radio parece complicado. “Al no incluir maleta en la mayoría de los casos y volar de punto a punto –sin vuelos de conexión— el modelo es limitado”, justifica. Pero los nombres tradicionales del sector ya comienzan a imitar sus métodos. «La portuguesa TAP acaba de eliminar la facturación gratuita de una maleta de todas las rutas», ilustra.