España pierde 60M de turistas extranjeros y más de 67.000M de euros
La llegada de visitantes extranjeros en noviembre vuelve a caer a niveles del estado de alarma
El turismo es uno de los sectores más golpeados por la crisis de la Covid-19 y España, una de sus mayores víctimas por el peso que tiene esta actividad en su economía. La leve recuperación de verano es historia y, de hecho, la llegada de turistas ha caído a niveles inéditos desde el estado de alarma. Además, el gasto que hacen disminuye y las pérdidas del sector por la falta de visitantes supera ya los 67.000 millones.
España cerró noviembre con 457.000 visitantes extranjeros, un 90,2% menos que en el mismo mes de hace un año, según los datos del INE. Este descenso es el mayor desde junio. En marzo la caída fue del 64%; en abril y mayo, del 100%, y en junio, mes en el que el Gobierno de Pedro Sánchez levantó el estado de alarma, del 97,7%.
La llegada del verano, que coincidió con la mejora de los datos epidemiológicos, con una reducción de contagios y muertes por coronavirus, impulsó el turismo internacional, aunque nunca llegó a acercarse a los datos habituales. Julio y agosto registraron descensos alrededor del 75%. El septiembre y octubre, cuando empezaron los rebrotes, la caída se situó por encima del 86% y en noviembre ya superó el 90%.
Con estos descensos, la pérdida de turistas extranjeros que pasan al menos una noche en un hotel alcanza el 76,9%. En 2020 han llegado a nuestro país 18,3 millones de visitantes internacionales, de los que 10,6 millones lo hizo entre enero y marzo. En total, España ha perdido más de 60 millones de turistas.
Por si la caída de la llegada de turistas no fuera suficiente, el gasto medio que hacen también desciende. En noviembre, un 6%. Así, los extranjeros que han visitado el país por ocio en 2020 gastaron 19.044 millones de euros, un 78% menos que los 86.901 de los mismos meses de 2019.
Así, las pérdidas del sector solo por falta de clientes internacionales ascienden en 67.857 millones entre enero y noviembre de 2020. Esta pérdida de ingresos no afecta solo a hoteles, agencias de viajes y demás operadores turísticos, sino también a bares, restaurantes y todo tipo de comercios frecuentados por las personas que visitan nuestro país.