La invasión de Ucrania agravará la subida de precios en Mercadona, Carrefour y Lidl
La inflación se dispara en febrero el 7,4% liderada por la alimentación y los carburantes todavía sin tener en cuenta los efectos de la crisis en el este de Europa
Nadie espera que la invasión de Ucrania termine en un desabastecimiento masivo en Mercadona, Lidl, Carrefour o alguna de las principales compañías que operan en España. «Si se resistió el coronavirus, se resistirá la guerra», aseguran todas las fuentes consultadas. Se podrían repetir eso sí situaciones como las de Navidad, donde hubo escasez de algún producto concreto, y acelerar la subida de precios que ya se registró en el segundo semestre de 2021.
Un alto directivo del sector recuerda a Economía Digital que la tensión entre Rusia y Ucrania existe desde hace semanas. Y aunque no se había producido todavía la invasión, ningún proveedor reportó problema alguno en su cadena de suministro. Queda por ver que sucederá ahora, una vez ha estallado el enfrentamiento.
Productores como Nestlé y Carlsberg cerraron sus fábricas en el país. El gigante alimentario tiene tres plantas en Ucrania, así como multitud de almacenes que permanecen sin actividad desde el jueves por la suspensión de toda la cadena logística. El conglomerado cervecero cuenta con tres fábricas de cerveza.
Lo que más rápido notará la subida de precios son los productos adquiridos en el país. De Ucrania importamos en 2020 el 25% del maíz que necesitábamos del exterior, algo menos del 10% de la cebada y del trigo y hasta el 85% del aceite de girasol. Así, el conflicto sí supondrá un golpe evidente a las ya tensionadas cadenas de suministro, que en el último año acumulan una pandemia, el colapso del canal de Suez por el barco Ever Given, la crisis de los microchips o la subida de las materias primas.
No veremos las estanterías vacías, pero sí se da por sentado que los productos en los supermercados serán más caros, tanto por la escalada en las materias primeras como la energía. La tendencia ya existía desde hacía meses y la invasión rusa solamente fue la puntilla a la situación. De hecho, la inflación se disparó este mes de febrero –sin el efecto Ucrania todavía– hasta un 7,4%, la cifra más alta en tres décadas. Los alimentos, junto al combustible y la electricidad, fueron los productos que más subieron de precio.
El precio del cereal por ejemplo ya escaló un 30% en 2021. Y no se pudo trasladar toda la subida al coste final de los productos. Además, añade que la mayor parte de los productos importados se destinan a la producción de piensos para animales, por lo que no es de extrañar que también se reduzcan los márgenes en industrias como la cárnica.
La subida de precios en los supermercados venía de antes
Ucrania solo será la puntilla a una escalada de precios que ya era inevitable. Así lo advirtió el presidente de Aecoc, Ignacio González, durante el 36º Congreso de la asociación de empresas del sector del retail. “Las empresas absorberán la inflación hasta donde puedan, pero estamos condenados a que suban los precios”, advirtió.
A pesar de las subidas generalizadas –el transporte marítimo se encareció más del 300%–, el directivo no cree que se comiencen a ver estanterías vacías en los supermercados. “No veo indicios que nos lleven a pensar en un desabastecimiento y tampoco creo que el elevado precio de la luz obligue a nuestras empresas a parar la producción en las fábricas, pero sí son dos riesgos sobre la mesa”, advirtió.
Mientras, numerosas empresas ya comenzaron a subir los precios. Los yogures Danone, el kétchup Heinz o las angulas de la Gula del Norte son solo algunos de los productos que ya son más caros en los supermercados españoles de lo que eran hace algunos meses.
En una comparecencia ante los medios de comunicación, Ignacio Muñoz, consejero delegado de Angulas Aguinaga –el productor de la Gula del Norte y Krissia– explicó que “al no haber más remedio, se suben precios”. “Lo importante es ser capaces de mantener financieramente lo que hacemos”.
Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el incremento de los precios de la comida alcanzó el 28,1% en 2021. Subieron todos los subíndices: cereales, aceites vegetales, lácteos, carnes y azúcar. Fue la mayor escalada desde los años setenta, cuando la inflación subía a doble dígito en las principales economías mundiales.