La industria lechera se rinde tras 17 aƱos de desplome

EspaƱa bebe menos leche que nunca y la industria ya no sabe quƩ hacer

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España bebe menos leche que nunca. El vaso de leche, que era considerado un desayuno nutritivo para los niños, cada vez tiene menos adeptos. 

El consumo de leche arrastra una caída sostenida desde el año 2000. Suceda lo que suceda, y al margen de los productos novedosos y nuevos lanzamientos, cada año que pasa se consume menos leche que el anterior. El ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha publicado los datos de consumo de leche de 2017, que confirman la caída leve pero continuada de la tendencia.

El consumo de leche ha bajado hasta los 69 litros per cápita por año, lo que significa 0,18 litros por persona. Es decir, menos de un vaso de leche al día (unos 0,25 litros).

La leche entera, cae en picado

La leche entera es la categoría que más cae, con un descenso más pronunciado que el resto de versiones. La leche semi-desnatada crece lentamente pero no compensa la brusca caída del resto de categorías.

La Federación Nacional de Industrias Lácteas, Fenil, reconoce que el descenso continuado del consumo de leche en España es el principal problema del sector. Las marcas lecheras han probado todo tipo de novedades, pero ninguna ha arrojado los resultados esperados.

Una de las grandes productoras se percató del desastre que se avecinaba y hace cinco años cambió su nombre. Leche Pascual pasó a llamarse Calidad Pascual y ahora concentra más esfuerzos en bebidas vegetales de soja, zumos y aguas que a la leche que la convirtió en una de las principales empresas del país el siglo pasado. Atrás quedaron los años del pegadizo anuncio de televisión “Voy a tomar leche desnatada Pascual”. Ahora, quiere renovar la presentación de productos como aguas Bezoya o innovar en bebidas de soja como Vivesoy.

“Hay una confluencia de factores. Hay más preferencia por los zumos vegetales y de frutas. La población joven, que tradicionalmente es la que bebe más leche, también se ha reducido”, explica Juan Trincado, responsable internacional de leche Kaiku, una de las principales marcas del País Vasco.

La exportación como salvación

Las empresas lecheras parecen darse por vencidas y los productores miran ahora hacia los mercados internacionales, especialmente a los países en vías de desarrollo, y a la exportación como uno de sus alivios. El fenómeno de la caída del consumo de leche líquida no es único en España y también afecta al resto de países desarrollados.

Las campañas de televisión para promover la buena alimentación en Estados Unidos en los años noventa mostraban al jugador de baloncesto Michael Jordan con los bigotes plancos junto al popular eslogan Ā«Got Milk?Ā«. Pero las tendencias de consumo han cambiado de forma radical y las últimas campañas de alimentación del gobierno, promovidas por Michelle Obama, apuntaban a incentivar más consumo de frutas y verduras entre los jóvenes.

En España, la leche ha dejado de ser un alimento insustituible en los desayunos de los niños y ahora se ha convertido en un producto que sólo compite por el precio. Sólo las empresas dedicadas a la producción de leche ecológica parecen salvarse de la devastación.

La última moda: la leche sin envasar y sin pasteurizar, que fue defendida hasta por altos cargos de la Generalitat de Cataluña. Pero el consumo de este producto en España, además de riesgoso, sigue siendo completamente residual, según los datos del ministerio. El sector no espera ninguna buena noticia los próximos años. El consumo de leche y su precio seguirán cayendo.

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