La industria del automóvil plantea subidas de sueldos de hasta el 7% por la inflación
El sector de la automoción en España acostumbra a ligar los salarios al IPC, pero en 2021 habrá fabricantes que se librarán de compensar el encarecimiento de los precios a sus trabajadores
La inflación y su relación con los salarios. Es el gran debate al que se enfrentan los economistas: subirlos en la misma medida que los precios con el temor a crear efectos de segunda ronda o congelarlos y provocar una pérdida de nivel adquisitivo en los trabajadores. La automoción, que emplea a aproximadamente 600.000 trabajadores en España no ha podido dar la espalda al encarecimiento de la vida. Con unos sindicatos tradicionalmente fuertes, los fabricantes han realizado incrementos que en casos como el de Ford alcanzó el 7%. Otros, como Renault, corrieron peor suerte.
Las automovilísticas con presencia en España han optado por diferentes caminos para capear la escalada del índice de precios al consumidor (IPC). Varias compensaron la subida del 6,5% y las que no lo hicieron, o todavía no lo han hecho, se las vieron con unos comités de empresa que mantienen la influencia perdida en otros sectores.
En muchos casos, la subida salarial estaba ya firmada en el convenio colectivo, por lo que no hubo manera de desdecirse a pesar de haberlo intentado. Tras encadenar dos ejercicios convulsos –2020 por el coronavirus y 2021 por la falta de semiconductores–, pudieron afrontar la mejora de los sueldos gracias a que también encarecieron los automóviles por la escasa oferta y la alta demanda.
El caso más paradigmático es el de la fábrica de Ford en Almussafes (Valencia). La compañía tiene dudas sobre el futuro de la planta valenciana, que compite con la de Saarlouis (Alemania) para que se le adjudiquen dos modelos eléctricos que garantizarían su vida más allá de 2025. Para ello pidió a los sindicatos un incremento de turnos de trabajo, reducción de vacaciones y un recorte de sueldos para el próximo lustro.
Los representantes de los trabajadores accedieron a negociar sus condiciones. Y aunque no se conocen los detalles del acuerdo final –se habla de congelación salarial—se negaron a perder la subida salarial del 7% (IPC + 0,5%) para 2021 prometida por convenio. La dirección de la firma estadounidense intentó tocarla en los primeros compases de las conversaciones, pero el rechazo frontal de la plantilla truncó sus intenciones.
No tuvieron que lucharlo los trabajadores de Stellantis en Vigo y Madrid, que lo tenían fijado por convenio. Tampoco los de Volkswagen en Navarra, que a partir de enero cobrarán el 6,5% más en sus nóminas.
Sin embargo, la situación no es la misma dentro de ambos grupos. En el centro de Stellantis en Figueruelas (Zaragoza), de la antigua Opel, no cuenta con las mismas condiciones. Para 2022 se pactó una subida salarial del 60% del IPC, que finalmente se traducirá en un incremento del sueldo de un 4% aproximadamente. «Venimos de dos empresas diferentes y los sueldos en Vigo son inferiores a los de Zaragoza, por eso las negociaciones no tienen nada que ver», explican fuentes sindicales.
En la fábrica de Seat en Martorell (Barcelona), el problema es que el convenio caducó en 2021 y con la crisis de los semiconductores se prefirió aplazar las negociaciones, que arrancarán en las próximas semanas. Mientras, la plantilla mantiene las condiciones de 2020, aunque desde el comité de empresa aseguran que todo lo que se pacte será con efectos retroactivos al día 1 de enero de 2021.
El sindicato sostiene que exigirá a la organización una subida salarial mínima del 6,5%, ya sea a través de la nómina o con una reducción de jornada sin que afecte a los emolumentos percibidos por los operarios.
Los trabajadores más perjudicados por la inflación son los de la red de plantas de Renault en España. La plantilla de Palencia y Valladolid no solamente no logrará una mejora del salario; lo tendrá congelado hasta el 31 de diciembre de 2022. Fue la concesión que tuvieron que hacer los sindicatos a la compañía para que se le asignasen cinco nuevos modelos a las dos fábricas en los próximos años. Para 2023 y 2024, los empleados de la marca gala sí disfrutarán de subidas salariales del IPC +1%.
Mientras tienen los emolumentos estancados, los asalariados sí tendrán una paga pactada basada en la contribución individual a los resultados de la organización. No será comparable eso sí al a la subida del coste de la vida.
Los sueldos, estancados desde 2007
A pesar de las subidas, el incremento de los ingresos no repercute en una mayor calidad de vida de los trabajadores españoles. Así lo asegura un informe de EADA Business School e ICSA presentado la pasada semana. Según la escuela de negocios, el impacto de la inflación ha anulado las alzas en los salarios desde 2007, por lo que en nivel adquisitivo se mantiene estancado desde entonces.
La inflación avanzó un 20,1% entre julio de 2007 y junio de 2021, solamente tres décimas menos que la remuneración de los directivos. Los cargos intermedios sí cobraron el 1,29% más mientras que los empleados perdieron seis décimas. Si se toma en consideración el último semestre del año pasado, con una escalada de precios no vista en tres décadas, todas las categorías ceden terreno.
Además, la pandemia provocó que entre julio de 2020 y junio de 2021 los sueldos cayeran entre el 0,56% (23.400 euros) para los empleados, el 1,88% para los cargos intermedios (42.247 euros) y el 4,1% para los directivos (82.719 euros). «Los salarios han bajado de manera objetiva y la inflación está afectando al poder adquisitivo”, lamentó el profesor Jordi Assens.