La guerra de la cerveza llega a su fin: los fabricantes comienzan a subir precios
Las grandes cadenas de bares y restaurantes sufren subidas consecutivas del barril de 50 litros, el más demandado en el sector
La guerra de la cerveza es historia. Los fabricantes han comenzado a subir precios en el barril de 50 litros, el más utilizado en las cadenas de bares y restaurantes y uno de los productos más rentables para la restauración.
Restalia es una de las cadenas con mejor precio de cerveza. La red, que agrupa a 100 Montaditos, La Sureña y The Good Burger, es una de las que mejor ha negociado el precio de la bebida.
En la época de mayor crisis de consumo, llegó a negociar 29 euros por el precio del barril de 50 litros, es decir, menos de 50 céntimos por litro, lo que significa que el precio de coste de un tercio de cerveza es de 0,16 euros.
Competencia perjudicial
Pero el fabricante, Heineken, ya ha aplicado varios aumentos consecutivos a la cadena. Aunque han sido pequeños ajustes, marcan una tendencia en el sector: se acabaron los recortes de precios y se ha liquidado la guerra para vender más barato. Ahora, el precio en Restalia ha quedado en poco más de 31 euros. Es un precio similar al que paga Foster’s Hollywood y los restaurantes de Grupo Zena por la cerveza Mahou (30,12 euros el barril).
Heineken considera que la guerra de precios es perjudicial para todo el sector y está convencida de que la restauración debe ofrecer otro tipo de incentivos.
Se alejan del precio de coste
El precio de la cerveza suele ser un secreto muy bien guardado porque cada fabricante negocia tarifas diferentes con las cadenas en función de su volumen de compra y del número de locales.
El coste de producción de un barril de 50 litros suele oscilar entre los 10 euros sin contar los gastos de distribución ni comisiones comerciales, lo que supone que un precio por debajo de los 30 euros se acerca al precio de coste. Los bares pequeños, que no tienen el poder de negociación de las cadenas, pueden pagar hasta más de 50 euros por el mismo barril.
El consumidor, próximo afectado
Hasta ahora la mayoría de aumentos no han sido trasladados al consumidor. Las cadenas y los franquiciados han asumido el sacrificio del margen menor. Pero en breve, todos en el sector entienden que los aumentos llegarán más temprano que tarde. Por lo pronto, las promociones agresivas de cerveza barata que habían llevado a cabo 100 Montaditos ya son historia y la cerveza por 1 euro ha desaparecido de Mc Donald’s y del resto de cadenas con ofertas agresivas.
Mahou, que inició la guerra de la cerveza, también ha aumentado los precios a otras de las cadenas de tapas con gran despliegue en todo el país: Lizarrán. La cervecera tiene que pagar más por su barril de 50 litros. Ha pasado de 45,41 euros a 46,63 euros.
Mahou obtuvo sus resultados más ajustados, 165 millones de euros de beneficios, en plena guerra de la cerveza en 2013, pero desde entonces las ganancias no ha hecho más que aumentar: 1,8% más en 2014 y se esperan buenos resultados también para el cierre de 2015.
Ofertas agotadas
Los ajustes, que rondan los dos euros, parecen pequeños pero, en el volumen de ventas del sector cervecero, se traducen en un aumento de facturación nada despreciable. «Ningún fabricante se sentía cómodo con la guerra de cervezas aunque todos se vieron obligados a entrar por el temor de perder participación», explica un responsable de distribución de una conocida marca de cerveza.
Las marcas también han dosificado las ofertas hostiles que se venían haciendo para invitar a un bar a cambiarse de fabricante. «Te ofrecían barriles gratis y cambiar las sillas y mesas de la terraza», explica un bar de la calle María de Molina, en Madrid. «Pero ahora esas ofertas se acabaron».