La gran contradicción de Sant Jordi: la rosa no es catalana
En este Sant Jordi se venderán más de siete millones de rosas, pero sólo entre un 5% y un 10% se producen en Cataluña y, de estas, ninguna es amarilla
Los mayoristas de la flor y el Gremio de Floristas de Cataluña confían en vender este lunes, festividad de Sant Jordi, más de siete millones de rosas. Sin embargo, sólo una pequeña parte se han cultivado en Cataluña.
Según el presidente de la Asociación de Empresarios y Mayoristas de Mercabarna-Flor, Miquel Batlle, tan sólo el 5% de las rosas que se venderán este lunes se ha producido en Cataluña o en el resto de España. Desde el Mercado de la Flor y Planta Ornamental de Vilassar de Mar, el otro gran mayorista, elevan el porcentaje a cerca del 10%. La fiesta catalana de la rosa encierra una gran contradicción: se importan masivamente, especialmente de Colombia, Ecuador y Holanda.
El mercado común europeo
Genís Vinyals, responsable del sector de la flor del sindicato Unió de Pagesos, recuerda que dos décadas atrás la mayor parte de las rosas que se vendían por Sant Jordi se producían en Cataluña. Desde que la Unión Europea abrió la puerta a las importaciones de flor cortada de terceros países, los productores catalanes se han ido pasando a la flor ornamental, que es la que se vende con el tiesto incluido.
En el Maresme, la comarca catalana que produce más flores y plantas ornamentales, sólo quedan cuatro empresas centradas en el cultivo de la rosa. Salvador Floriach, de Roses Floriach, señala que el clima –demasiado frío en invierno y muy caluroso en verano- perjudica a este tipo de cultivo. Además, considera que el mercado ha castigado la variedad de rosa local, pese a ser la más duradera una vez cortada. Los clientes suelen decantarse por el impacto que ocasionan las rosas en el momento de comprarlas o regalarlas, aunque se marchiten el día siguiente. Las rosas del Maresme duran perfectamente dos semanas después del corte.
Las rosas amarillas en solidaridad con los presos independentistas vienen de Colombia y Holanda
Floriach confirma que en Cataluña no se produce rosa amarilla, que será la gran novedad de este Sant Jordi. Ômnium Cultura propone que se regalen dos rosas, la tradicional de color rojo y, además, otra de amarilla, en solidaridad con los presos independentistas.
El Gremio de Floristas de Cataluña ha acabado aceptado la propuesta pese a las reticencias iniciales. Advertían que no hay suficientes rosas amarillas disponibles en el mercado internacional. Calculan que se venderán unas 600.000 rosas amarillas, un poco menos del 10% del total. Mayoritariamente serán de la variedad Penny Lane, procedente de Colombia, Ecuador y Holanda.
Joan Guillén, presidente del Gremio de Floristas, indica que prevén superar las ventas del año pasado porque en esta ocasión Sant Jordi coincide con un lunes, un día laborable. Considera que la rosa amarilla no quitará ventas a la roja, la tradicional, sino que sumará. Desde el gremio se puntualiza que el precio de una rosa de calidad estará entre los 4 y los 5 euros.