La Generalitat se pilla los dedos con el concurso de la CCC
La consejerÃa de Trabajo acelera los trámites para recuperar 345.000 que se pagaron a la patronal para formación en 2015, pero que nunca se realizó
La crisis de la Confederació de Comerç de Catalunya (CCC), que ha terminado con la presentación de concurso de acreedores y la disolución, ha dejado a muchos damnificados, cientos. Uno de los más perjudicados, tras los centros de formación, es la Generalitat. A pesar de que en las cuentas a las que tuvo acceso Economía Digital, no aparece deuda con la administración catalana, ha aflorado dinero para formación que no se ha utilizado. En concreto, cerca de 345.000 euros.
El año pasado, meses antes de que estallara la crisis de la patronal del comercio catalán, la CCC se presentó a la convocatoria de formación del Consorcio para la Formación Continua de Cataluña, y se le otorgó una dotación de 576.000 euros para hacer cursos, de los que ha cobrado ya 345.000 euros. Sin embargo, sólo ha realizado dos cursos, según han explicado fuentes cercanas a la organización, por lo que sólo ha utilizado una mínima parte del dinero.
Revocación de la subvención
Aunque las patronales tienen hasta final de año para realizar los cursos, la Confederació se encuentra en proceso de disolución. Ante este hecho, y la evidencia que los cursos ya no ser harán, el Consorcio catalán ha iniciado ya los trámites para recuperar este dinero, por la vía de la revocación de la subvención, según explicaron a este medio fuentes de la consejería de Trabajo.
Sin embargo, no lo tendrán fácil. El hecho de que no haya concluido el plazo para hacer la formación dificulta el cobro por parte del Govern, aunque el principal escollo es la situación de la propia patronal. La CCC acaba de presentar concurso de acreedores, con lo que probablemente Trabajo tenga que ir al concurso para intentar recuperar al menos una parte. De hecho, el Consorci intentó ponerse en contacto con la organización, por ahora sin éxito.
La artimaña de la CCC
Conseguir este dinero fue una de las últimas artimañas de Miquel Àngel Fraile al frente de la Confederació. Según han explicado fuentes conocedoras, se acercaba el fin de 2015 y la CCC no había iniciado ningún curso. La organización ya había cobrado el 25% de los 576.000 euros en el momento de la otorgación, 144.000 euros, pero para seguir cobrando debía empezar ya algún curso.
Para conseguirlo, Fraile y Rosa María Serrano, directora de Formación y esposa de Fraile, aceleraron para empezar dos cursos antes de final de año. Ello les daba derecho a cobrar otro 35%, es decir unos 201.000 euros. El 40% restante no se paga hasta que no se terminan y justifican todos los cursos y gastos.
Así, en total la CCC cobró 346.000 euros tras haber iniciado sólo dos cursos. Estos cursos se llevaron a cabo, pero la organización no hizo ninguno más. Según las fuentes consultadas, con más de medio millón pueden hacerse más de cien formaciones.
De activo a deuda
En la reformulación de las cuentas hecha por la Confederació en mayo, tras descubrir el agujero patrimonial que tenía, la organización no sólo no reconocía esta deuda –todavía tenía siete meses para hacer los cursos, por lo que formalmente no era un pasivo– sino que situaba al Consorcio entre sus deudores. Según el documento, le debía 230.000 euros. Es decir, el 40% que faltaba para recibir los 576.000 euros.
Por tanto, Fraile, que por aquel entonces se mantenía al frente de la organización, todavía contaba con percibir el dinero para formación, a pesar de que no estaban haciendo cursos. O eso simulaba. Este hecho le permitía poner la deuda en el activo y no engordar el pasivo, de 3,7 millones, según dicho documento. Con el concurso, ha aflorado un agujero cercano a los 5 millones de euros.