La Generalitat convierte un circuito de Fórmula 1 en estructura de Estado
Después de la última ampliación de capital, el gobierno catalán controla el 76% de la empresa propietaria del complejo y proyecta un área de ocio a su alrededor
La Generalitat pisa el acelerador a fondo en el circuito de Montmeló. Después de la última ampliación de capital, el gobierno de Carles Puigdemont controla el 76,38% de Circuits de Catalunya SL, la empresa propietaria de complejo de competición donde se disputa el Gran Premio de España de Fórmula 1.
El gobierno catalán, a través de la empresa pública Avançsa, ha subscrito prácticamente la totalidad de los 7,8 millones de euros de la ampliación de capital. Los socios minoritarios son el Real Automóvil Club de Catalunya (RACC), que ha reducido su participación al 15,75%, y el Ayuntamiento de Montmeló, con un 7,87%, según confirma su alcalde, el socialista Antoni Guil.
Tanto el RACC como el Ayuntamiento de Montmeló han realizado aportaciones simbólicas. La de esta última corporación municipal ha sido de tan sólo 41.000 euros.
El circuito acumula pérdidas de 47 millones de euros en seis años
Desde 2010, Circuits de Catalunya acumula unas pérdidas de 47 millones de euros. Todos los ejercicios se han cerrado con números rojos: 4,73 millones de euros en 2010; 10,1, en 2011; 9,83, en 2012; 6,81, en 2013; 7,20; en 2014; y 8,36, en 2015.
Un portavoz de la empresa indica que la ampliación de capital no está relacionada con las pérdidas del último ejercicio, pese a tratarse de importes similares, porque ya estaba pactada desde el año pasado. En noviembre de 2015, se realizó una ampliación de 2,5 millones de euros, y ahora otra de 7,8 millones, ambas subscritas por Avançsa, empresa pública en la órbita del departamento de Empresa que encabeza Jordi Baiget.
El circuito registra pérdidas pese a las ayudas millonarias de las administraciones públicas. En 2015, la Generalitat aportó 5 millones de euros procedentes de la tasa turística, el Ayuntamiento de Barcelona otros 4 y la Diputación 2 millones más. Sin contar con estas aportaciones, las pérdidas reales se acercarían el año pasado a los 20 millones de euros.
Colau recorta las ayudas a la mitad y amenaza con retirarlas
Con la llegada a la alcaldía de Ada Colau, el Ayuntamiento de Barcelona ha rebajado la subvención de 2016 a 2 millones de euros y ha dejando en suspenso si continuará ayudándoles en 2017.
La Generalitat está asumiendo las pérdidas del circuito para garantizar su continuidad. Oficialmente, argumentan las inyecciones de capital y las ayudas en los beneficios que esta instalación genera en el territorio. Un estudio del RACC presentado en 2014 sitúa el impacto en 332 millones de euros, de los cuales 279 millones (el 84%) corresponden a las competiciones de Fórmula 1 y Moto GP. Sin embargo, en el entono gubernamental se da otro argumento para mantener las inversiones: Cataluña necesita un circuito de Fórmula 1 para proyectarse internacionalmente. Sería una más de las estructuras de Estado que están proyectando.
La Generalitat busca inversores privados
El anterior gobierno de Artur Mas impulsó, en los últimos meses de su mandato, un nuevo Plan Director Urbanístico alrededor del circuito para crear una gran área turística, de ocio y también industrial. El modelo a seguir es el del circuito británico de Silverstone. El proyecto prevé crear hoteles, centros comerciales y atraer empresas del sector del deporte del motor. Un portavoz del circuito confirma que están buscando inversores privados.
La CUP siempre se ha opuesto a que la Generalitat siga enterrando fondos públicos en un circuito de Fórmula 1. La diputada Mireia Boya considera que éstas inversiones «están fuera de toda ética». La ampliación de capital se ha efectuado en plena negociación de los presupuestos de la Generalitat, que precisamente dependen del voto de los anticapitalistas.