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La Fundación “la Caixa” apoya a más de 60.000 menores de cara a la vuelta al cole

A través del programa CaixaProInfancia, la entidad entregará más kits escolares a menores en riesgo de exclusión

Como cada mes de septiembre, la vuelta al cole es una realidad para cientos de miles de hogares españoles. Una situación que no es fácil en algunos hogares, debido a la complicada situación económica que atraviesan muchas familias en nuestro país, producto de los efectos de la pandemia y de la subida generalizada de los precios.

Una situación que afecta de lleno al seno de las familiares vulnerables, y que se traduce en una mayor dificultad para acceder a una educación en igualdad de oportunidades, tanto en lo referente a la educación en sí como al acceso a los recursos y diversos materiales escolares.

Acompañar a las familias más vulnerables

Con el fin de facilitar el acceso a la educación a estas familias más necesitadas, la Fundación “la Caixa”, a través del Programa CaixaProInfancia acompaña a un total de 61.174 niños, niñas y adolescentes que se encuentran en una situación de vulnerabilidad, dotándoles de los materiales necesarios para volver a cole.

Con esta labor socioeducativa, la Fundación “la Caixa” acompaña a todos estos menores cuyas familias atraviesan una situación económica compleja, apoyando su proceso de aprendizaje. Una labor que se lleva a cabo a través de diferentes factores, tales como el refuerzo educativo, el ocio y tiempo libre, talleres, atención psicológica, logopedia y psicomotricidad, equipamiento escolar…

Una ayuda que, un año más, ha servido para apoyar a un total de 37.482 familias, a las cuales se facilita el acceso a unos recursos a los que, de cualquier otro modo, habrían tenido muy complicado acceder. Y en este curso, de la mano de las 400 entidades sociales que colaboran con el programa, la Fundación “la Caixa” ha entregado un total de 54.367 kits de material escolar, destinados a todos aquellos niños y niñas mayores de 6 años.

Otro de los factores a tener en cuenta del material proporcionado es su adaptabilidad. Y es que cuenta con tres modalidades distintas, cada una de ellas adaptada a un ciclo educativo: preescolar, primaria y secundaria. Los kits brindados por el programa están conformados por una mochila y un contenido que varía en función de la edad a la que vaya destinado, y que puede incluir un estuche, lápices de colores, rotuladores fluorescentes, una libreta A4, reglas, un compás, una calculadora científica o fundas de archivador ecológicas. Todos ellos, según las necesidades del estudiante.

Una labor necesaria en un momento difícil

Una labor más que necesaria, si tenemos en cuenta que en España 1 de cada 3 niños están en riesgo de pobreza, que se hereda de padres a hijos, según diferentes informes sociales. Se trata de una situación que repercute sobre los pequeños no solo en lo referente a la falta de recursos económicos, sino, como ya hemos visto, en la complicación a la hora de acceder a una educación de calidad, provocada por la crisis social y económica que ha afectado a muchos hogares tras la pandemia, incluyendo a aquellos hogares que hasta ahora contaban con una estabilidad económica.

Las familias que se acogen al programa se han visto envueltas, sin poder preverlo, en unas circunstancias difíciles a nivel económico, y que ven en iniciativas de este tipo un salvavidas para ofrecer a sus hijos los recursos necesarios.

El programa cumple una función muy importante a nivel social desde hace 15 años, con la premisa de facilitar unas condiciones que ayuden a las familias vulnerables a crear un entorno más propenso para el desarrollo de los niños, incluyendo la salud, la organización familiar o la red social, que afectan de forma directa en los procesos de aprendizaje de los niños, niñas y adolescentes a la hora de desarrollar un ambiente más propenso para alcanzar el éxito escolar.

Con el programa CaixaProInfancia, la Fundación “La Caixa” busca desarrollar competencias básicas en todos sus participantes, tales como mejorar los diversos hábitos de estudio, apostar por la autonomía en el aprendizaje, incrementar las expectativas ante la posibilidad de éxito, e impulsar el rendimiento escolar.

Estos factores sirven, más allá de sus beneficios académicos, para que los menores mejoren su autoestima y su empoderamiento, y fortalezcan diversos procesos de inclusión social, buscando así romper el círculo de la pobreza.