La estratégica CLH, la antigua Campsa, en manos extranjeras
El 10% de Repsol y el 5% de Kutxabank, única presencia española en la empresa de almacenaje y transporte petrolífero
El estratégico sector petrolífero español cada vez lo es menos como consecuencia del control que están tomando los inversores extranjeros sobre las principales empresas.
Tras quedarse Abu Dhabi International Petroleum Investment Company (IPIC), en 2011, con el 100% de Cepsa, es ahora la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH), la antigua Campsa, la que está viviendo su tercer gran cambio accionarial desde que el Gobierno obligara, en el año 2000, a abrir su accionariado para dar entrada a nuevos socios y aumentar la competencia en el sector de la distribución de hidrocarburos y sus derivados.
Aquel Real Decreto Ley 6/2000, sobre Medidas Urgentes de Intensificación de la Competencia en mercados de Bienes y Servicios, todavía en vigor, limitaba al 25% la participación de cada uno de los accionistas de CLH y que el capital conjunto de los accionistas con capacidad de refino en España (Repsol YPF, Cepsa y BP) no podía superar el 45%.
Fondos y sultanato de Omán
Ahora, tras el último movimiento acaecido –la definitiva salida de Deutsche Bank, al vender el 5% al fondo estadounidense Global Infrastructure– lo único que queda de CLH en manos españolas es el 10% que detenta Repsol y el 5% en manos de la entidad vasca Kutxabank. El 85% restante lo capitaliza el sultanato de Omán y fondos estadounidenses, franceses, canadienses y luxemburgueses. Ardian y Global Infrastructure controlan el 30%, con el 15% cada uno.
Los mismos inversores que más pronto que tarde terminarán quedándose con el 5% de CLH que los venezolanos de Banesco están obligados a vender tras adquirir Novagalicia en la subasta pública realizada por el Estado. Y los mismos que, siempre con ese límite legal máximo del 25%, pueden aprovechar alguna que otra desinversión adicional para aumentar su participación.
Desinversión de Banesco
El grupo financiero venezolano, presidido por Juan Carlos Escotet, está esperando a obtener unos ingresos que se acerquen a los 171 millones de euros que pagó Caixanova, en enero de 2007, a China Aviation, para acometer la desinversión con las menos minusvalías posibles. No será fácil. Hace un año, la petrolera portuguesa vendió el mismo porcentaje de CLH, el 5%, al fondo canadiense British Columbia Investment, por 111 millones.
Lo único que no ha cambiado en CLH en los últimos nueve años es la presidencia. El riojano José Luis López de Silanes accedió al cargo en abril de 2005 aupado por Repsol y sustituyendo al exministro Miguel Boyer. Y ahí sigue. En 2012 fue reelegido por otros cinco años.
López de Silanes, hasta 2017
Así que, si los nuevos accionistas de control –los franceses de Ardian y los estadounidenses de Global Infrastructure– no fuerzan su salida, López de Silanes se mantendrá como presidente y consejero delegado de la compañía hasta 2017, cuando cumpla 71 años. Si le despiden, tiene un contrato blindado que le permitiría cobrar tres años de sueldo, unos 6 millones de euros.
Ardian y Global Infrastructure se convierten ahora en máximos accionistas de CLH, como lo fue entre 2002 y 2008 la compañía canadiense Enbridge, que realizó un negocio redondo. Compró el 25% de la distribuidora petrolífera española por 420 millones y lo vendió, al Deutsche Bank y a otros tres fondos, por 864 millones.
Ardian y Global Infrastructure
Los franceses de Ardian, que habían comprado en 2010 a Demetrio Carceller el 10% que poseía en CLH la petrolera canaria Disa, aumentaron la participación hasta el 15% a finales de 2013 al comprar un 5% a Cepsa. Y los estadounidenses de Global Infrastructure han hecho lo propio con sendas operaciones realizadas en los dos últimos meses.
Entre ambas tomas de control, CLH ha suscrito un acuerdo estratégico relevante. El alcanzado con la empresa Oman Oil Refineries and Petroleum Industries Company (ORPIC) para crear una empresa mixta, que invertirá 200 millones de dólares en la construcción y explotación de nuevas infraestructuras logísticas en Omán. CLH tendrá una participación del 40% y ORPIC del 60%.
Por lo que sus cuentas se refiere, CLH, con una red de oleoductos de más de 4.000 kilómetros de longitud, y 39 instalaciones de almacenamiento, así como 28 aeroportuarias, cerró el primer semestre de 2014 con un volumen de negocio de 246 millones de euros, un 2,4% más, unos beneficios de 72,5 millones de euros y una deuda financiera neta de 731 millones, un 7% menos que a finales de 2013.