La cúpula mundial de Coca-Cola se ofrece ahora para mediar con la embotelladora
La multinacional en Atlanta convocó a dirigentes sindicales de países con conflictos laborales para acercar posturas. La embotelladora española debe acatar ahora una sentencia judicial de difícil cumplimiento. Está obligada a readmitir a trabajadores en plantas en proceso de desmantelamiento
La central de Coca-Cola en Atlanta, que urgió a la unificación de embotelladoras en España para ahorrar costes operativos, asegura ahora ante los líderes sindicales que el despido de trabajadores que fue anulado por el Tribunal Supremo es un asunto de la embotelladora española. La sede de Atlanta se lava las manos en un proceso ejecutado por la distribuidora que controla la empresaria catalana Sol Daurella.
La cúpula de la multinacional reunió esta semana a líderes sindicales de Japón, India, Paquistán, España y varios países latinoamericanos. Allí, la dirección de recursos humanos de Coca-Cola aseguró que la decisión del Tribunal Supremo en España no había sorprendido. Era una decisión que ya se daba por descontada.
«Se ofrecieron para mediar entre los trabajadores y la embotelladora en España para llegar a una solución consensuada. Nos dijeron que debemos buscar una solución amistosa entre todas las partes», explica Sebastián Serena, sindicalista representante de UGT que acudió a la reunión invitado por la cúpula mundial de Coca-Cola.
Sentencia de difícil digestión
La sentencia del Tribunal Supremo se conoció durante la cumbre de representantes sindicales de UITA, la unión internacional a la que está adherida UGT. Allí también se debatieron problemas similares que afrontan los trabajadores en Japón, donde las embotelladoras también avanzan fusiones y despidos de trabajadores y los conflictos por las restricciones a la representación sindical en Turquía.
La oferta mediadora de Coca-Cola llega en un momento en que la embotelladora española, Coca-Cola Iberian Partners, no tiene demasiado margen de maniobra. Debe cumplir una sentencia que le obliga a readmitir a los trabajadores despedidos en fábricas que tienen líneas ya desmanteladas, según han explicado trabajadores de Madrid y Alicante.
La embotelladora, que ha despedido al bufete de abogados que le asesoró en el proceso de reducción de plantilla, ya ha comunicado que cumplirá la sentencia pero advierte que no renuncia a los planes que dieron lugar al ERE. Es decir, que acatará a su manera.
Proceso oneroso
La cúpula en Atlanta no prometió a los trabajadores mediar para la reapertura de las fábricas ni para el reenganche. En las reuniones de trabajadores se interpreta que la embotelladora buscará una nueva salida poniendo más dinero sobre la mesa. ¿Reenganchará a los trabajadores para despedirlos nuevamente? ¿Seguirá pagando los salarios mientras los trabajadores siguen en el sofá de sus casas?
Hasta ahora, la reestructuración de las operaciones en España está saliendo muy costosa en términos laborales. La embotelladora ha desembolsado más de siete millones de euros en las indemnizaciones para 400 trabajadores. La cifra se podría doblar para cumplir con la sentencia del Supremo.