La cúpula de iDental estalla siete meses después de su rescate
Los hermanos Garrido y Luis Sans, los tres empresarios de Weston Hill que compraron iDental en octubre, terminan en los juzgados con reproches por la gestión
iDental pasa por uno de los episodios más negros de su historia. A la maltrecha situación económica hay que sumarle la escalada de tensión en las altas esferas de la dirección de Weston Hill, fondo que adquirió la cadena hace siete meses y va camino de los tribunales después de que uno de sus socios haya demandado a la actual directiva tras ser expulsado de la compañía.
Los hermanos Garrido, Juan y José María, cesaron de iDental el 11 de mayo a Luis Sans, quien pilotó la gestión desde su compra el pasado 2 de octubre. La adquisición de la cadena dental low cost se cerró por 25 millones de euros y las previsiones apuntaban a una remontada económica con el paso de 26 establecimientos a 40.
Fuentes de Weston Hill cercanas a la actual directiva señalan ahora a Sans como el culpable de que estos planes no se hayan podido llevar a cabo. Una de las acusaciones, quizá la más grave, es el presunto desvío de dinero a una de sus empresas, el 16 de mayo, cuando ya había sido cesado de su cargo pero todavía tenía acceso a las cuentas bancarias de la compañía.
Explican que Sans, que en su día fue director general de Vitaldent y ocupó otros cargos de relevancia como la dirección de la cadena de televisión Intereconomía, transfirió 200.000 euros a Mortimer Wada S.L., sociedad patrimonial que le representaba en el consejo de Weston Hill.
Aseguran que no es el único perjuicio que ha causado. Sans, siguiendo siempre esta versión, seguiría boicoteando el sistema informático, cambiando passwords y quitando servidores. «Se está procediendo a su cese en las demás empresas del grupo. En algunas de ellas es necesario la celebración de una junta general, lo que podría demorar unas semanas el cese efectivo en estas sociedades», explican.
Luis Sans responde con una demanda para volver a Weston Hill
Desde el entorno de Luis Sans desmienten las acusaciones y no dudan en señalar culpables. «No tiene ningún sentido que en un negocio en el que Luis ha metido 6 millones se desvíen 200.000 euros», contestan en relación a la mencionada transferencia que aparece anotada como «devolución de parte del préstamos».
Sans ha puesto su cese en manos de los tribunales para demostrar que fue ilegal y poder volver a entrar en Weston Hill
Pero Sans va más allá. Explica que quienes incurrieron en ilegalidades no fueron otros que los hermanos Garrido, que le expulsaron del consejo de administración «sin haber convocado a su parte representante en la junta de accionistas» en la que se aprobó dicho cese.
La polémica revocación ya está en manos de los tribunales. En la demanda interpuesta ante los juzgados mercantiles de Madrid y a la que ha tenido acceso este medio se pide la «nulidad del consejo de administración y de los acuerdos tomados».
Necesidad inminente de fondos
De lo que nadie duda es de que la situación de iDental es delicada y necesita una inyección económica urgente: no dejan de anunciarse demandas de afectados –el Colegio de Odontólogos y Estomatólogos de Cataluña (ECOEC) ha sido el último en hacerlo– y las noticias sobre el cierre de clínicas se van sumando. Sin embargo, la magnitud del problema vuelve a enfrentar a las partes.
El círculo cercano a la directiva actual se muestra optimista porque ha iniciado un road show en el que “hay cinco interlocutores en las negociaciones», mientras que Sans cree que iDental está abocada al concurso.
iDental se da un plazo inferior a un mes para salvar la compañía
Lo cierto es que la llegada de un tercero debe ser inmediata si se quiere lograr la supervivencia. El calendario previsto para garantizar la normalidad en la compañía no podría superar las dos semanas.
El punto de inflexión llegó a mediados de abril. El fondo americano Cerberus, que tenía pie y medio en la compañía –fichó a Deloitte para analizar la compra y valorar el precio, así como posibles contingencias a las que tendría que hacer frente–, terminó dando marcha atrás.
Según informó El Independiente, el motivo fue que los números rojos que se encontraron eran mayores a los previstos, lo que motivo la suspensión de las negociaciones. Sans, por su parte, matizó esta versión y afirmó que fue él mismo quien paralizó la venta, porque dicho “fondo buitre” realmente pretendía liquidar la mercantil movido por diversos intereses.