La Comisión Europea (CE) presentará el miércoles una propuesta para introducir un impuesto sobre la facturación de las grandes empresas digitales (como Facebook, Amazon y Google), destinado a conseguir que paguen una cuota justa de tasas en la Unión Europea (UE).
Además pondrá sobre la mesa una segunda directiva para ampliar la definición de «establecimiento permanente» de las empresas, de modo que tenga en cuenta la generación de valor, y no sólo la presencia física como ocurre actualmente, para determinar dónde operan efectivamente y, por tanto, dónde deben contribuir al fisco.
Las propuestas llegan a instancias de varios países, encabezados por Francia, que han pedido medidas urgentes a nivel europeo para acabar con las lagunas que permiten a las empresas digitales y, en particular a los gigantes como Facebook, Amazon, Google y otros menos célebres, pagar muy pocos impuestos.
Las compañías digitales pagan un 8,5% de impuesto de sociedades en la UE
Según datos de la CE, las compañías digitales pagan de media un 8,5% de impuesto de sociedades en la Unión Europea, mientras que las tradicionales abonan un 20,9%.
Para atajarlo, el Ejecutivo propone como solución provisional un impuesto que grave los ingresos brutos -en lugar de los beneficios, como es tradicional- obtenidos por actividades digitales que generen valor por la participación de los usuarios, según el borrador de la propuesta.
En concreto, se gravarían los generados por la venta de espacio publicitario o de los datos sobre los usuarios de un sitio web, así como los procedentes de servicios de intermediación que permiten a los usuarios interactuar con otros (el que utilizan los negocios de alquiler o transporte entre particulares, por ejemplo).
El impuesto aplicaría a empresas que facturen más de 50 millones y menos de 750 millones anuales
La tasa sólo aplicaría a las empresas que facturen al año más de 750 millones de euros en todo el mundo y más de 50 millones en la UE, umbrales que buscan excluir a las compañías más pequeñas y las emergentes y centrar la medida en aquellas con más potencial para hacer una planificación fiscal agresiva.
La Comisión propone fijar el tipo al 3% y la recaudación estaría en manos de los Estados, según el borrador.
Bruselas ve esta medida como provisional hasta que se consiga una solución a nivel global en la OCDE y el G20, pero necesaria para evitar que entretanto los países atajen el problema de forma unilateral y acaben con un mosaico de medidas fiscales dispares.
La solución a largo plazo
Como solución a largo plazo y global, la CE propone extender la definición de establecimiento permanente de una empresa para tener en cuenta también su presencia digital, en función de su base de usuarios y la contribución que hagan al negocio.
Así, se considerará que una compañía tiene una presencia digital importante en un Estado si sus ingresos por la prestación de servicios digitales en esa jurisdicción superan los 10 millones de euros en un año, o si el número de usuarios de un servicio digital excede los 100.000, aunque las fuentes indican que estos umbrales pueden cambiar de aquí al miércoles.
La CE aboga por incluir esta definición también en la directiva para crear una base común consolidada del impuesto de sociedades (BICCIS) y emitirá también una recomendación a los países para que la introduzcan en sus acuerdos bilaterales de doble imposición.
Para salir adelante, las propuestas necesitan unanimidad por los Veintiocho y los líderes las debatirán sin adoptar conclusiones en su cumbre del 22 y 23 de marzo. A priori parten con el respaldo de Francia y Alemania, pero son previsibles las reticencias de países como Irlanda o Luxemburgo, muy celosos de su autonomía fiscal.