La CCC carga la artillería legal contra Fraile
La patronal acuerda su disolución y aprueba denunciar a su ex secretario general cuando concluyan las auditorías, ya que ven indicios de delito en su gestión
La Confederació de Comerç de Cataluña (CCC) ha decidido poner punto y final a sus 31 años de historia ante una deuda, de prácticamente 5 millones de euros, que no puede asumir. Pero, a pesar de que hasta ahora ha sido muy prudente, la patronal no renunciará a depurar responsabilidades y ya está preparando la artillería legal contra Miquel Àngel Fraile, quien ha sido su secretario general desde el primer día y hasta el mayo pasado.
La junta directiva de la CCC, presidida por Maria Rosa Eritja, considera a Fraile único responsable de la actual situación de la organización, con un agujero reconocido de 2,6 millones de euros, pero que podrían llegar a ser 5, según explicaron fuentes cercanas a la patronal.
Por ello, la junta ha propuesto a la asamblea general, reunida este lunes, tomar medidas legales contra el ex secretario general. Lo hará cuando concluyan las auditorías que se están realizando para conocer el estado real de los libros de la Confederació. Estas auditorías han hecho aflorar pérdidas imprevistas, como avanzó Economía Digital, y un agujero patrimonial millonario.
La asamblea ha tomado esta decisión ante las evidencias de que se habrían cometido actos punibles en la gestión de la CCC, según han dicho las mismas fuentes. No obstante, no han precisado por qué delitos se denunciará a Fraile ni de qué tipo de demanda se presentará.
El concurso, inminente
Lo que se presentará esta semana, previsiblemente, es el concurso de acreedores, con una deuda cercana a los 5 millones. En preconcurso desde junio, en la patronal son conscientes de que cuando el concurso llegue al juez y éste vea la situación de la organización, pedirá responsabilidades. Por ello, la denuncia contra Fraile es también una medida de protección de la junta ante posibles causas futuras.
La junta de la CCC, renovada el año pasado, se escuda en el hecho de que el ex secretario general engañó a la patronal con las cuentas, como mostró este medio. Fraile presentó unos resultados mucho mejores que los reales, escondiendo las pérdidas de la entidad. Eritja aseguró que no fue consciente de que algo raro estaba pasando hasta que la organización empezó a retrasarse con las nóminas, en diciembre pasado.
Sin salida
La asamblea de la CCC decidió este lunes disolverse, tras constatar que el plan de viabilidad diseñado por Eritja y la cúpula de la patronal, que destapó ED, no era en realidad viable. Se barajaron dos propuestas, pero ninguna de ellas llegó a buen puerto. Una era que los socios pusieran el dinero para cubrir el agujero patrimonial; la otra, que lo hicieran Foment del Treball y la Generalitat, a través del Institut Català de Finances (ICF).
El cierre de una de las principales patronales sectoriales de Cataluña deja a muchos damnificados, como sus trabajadores. Empezaron el año unos 20, de los que aproximadamente la mitad fueron despedidos en mayo, y el resto, este agosto. Estando de vacaciones, fueron informados de que no hacía falta que se reincorporaran.
Otros damnificados son los centros de formación, a los que la CCC debe 1,6 millones de euros. Para reclamarlo, se han constituido en una plataforma y se han concentrado ante la sede de la Confederació. Este lunes lo han vuelto a hacer, para pedir explicaciones a Eritja y dejar claro que se sienten estafados por la organización.
Tres meses frenéticos
La crisis de la Confederació de Comerç estalló a principios de junio, con la noticia de que el secretario general desde la creación de la patronal había sido cesado. No transcendieron los motivos, pero las cuentas de los últimos años, a las que tuvo acceso Economía Digital, evidenciaban cuanto menos, un problema de gestión.
La CCC había acumulado seis años consecutivos de pérdidas, que le habían dejado un patrimonio negativo de 2,6 millones, que podría ser de casi el doble. La nueva cúpula de la organización aseguró que intentaría reflotarla, pero la situación real daba poco margen si los socios no estaban dispuestos a rascarse el bolsillo.