La Caixa congela la venta de Saba en plena operación Bankia
Criteria espera que la situación económica y pandémica mejore para volver a poner a la venta su negocio de aparcamientos tras el fracaso de Proa
La Caixa creyó encarrilar la venta de Saba en noviembre el año pasado, cuando pactó la operación con el fondo Proa por una cifra cercana a los 1.000 millones de euros. Pero en marzo, justo antes de que la pandemia irrumpiera en España, la operación se torció por la incapacidad del comprador de encontrar financiación, como adelantó Economía Digital. Ahora las cosas han cambiado y ha puesto la operación en la nevera.
Isidro Fainé ha desistido por ahora de la venta de la mayor empresa española de aparcamientos. Fuentes financieras explican que el presidente de la Fundación Bancaria la Caixa paralizó la operación cuando el coronavirus truncó prácticamente toda actividad y que ahora, concentrado en la fusión de Caixabank con Bankia, la venta está totalmente congelada.
Saba sigue catalogada entre las participadas de Criteria, el holding de La Caixa, como un activo disponible para la venta, por lo que la intención no ha variado en las torres negras de la Diagonal de Barcelona. Sin embargo, no ha vuelto a encargar a ningún banco de inversión que busque comprador, ni siquiera que sondee el mercado. Sería perder el tiempo y el dinero: no es el momento.
La caída de la actividad, que todavía se nota en la mayoría de sectores, también ha afectado a los aparcamientos. Saba tiene una parte importante de su negocio en Barcelona pero también gestiona parkings de estaciones de tren de Adif y de aeropuertos de Aena, cuyo tráfico ha caído en picado. Además cuenta con negocio internacional, la evolución del cual está siendo desigual.
La Caixa no busca comprador para Saba ni espera que resucite la oferta de Proa, que no encontró financiación
El deterioro del negocio de Saba se suma a la mala situación económica que vive España. La pandemia y la crisis que conlleva no es exclusiva de nuestro país sino que es mundial, pero el golpe del coronavirus ha sido, y sigue siendo, especialmente fuerte y la economía nacional ha mostrado ser muy vulnerable a las vacas flacas, lo que frena a los inversores. Solo hay que ver la bolsa española, de nuevo, entre las más castigadas.
Por todo ello, Fainé y su equipo han llegado a la conclusión que si vuelven a poner a Saba en el aparador, solo atraerán “oportunistas”. Es decir, fondos que buscarán comprar barato aprovechando que los inversores no sobran en España y que la empresa de Barcelona no pasa por su mejor momento.
“No hay prisa, cuando sea el momento, se retomará la venta”, explican, y ni La Caixa necesita el dinero ni Saba tiene problemas para seguir adelante con la gestión de los aparcamientos. Por ello, esperarán a que pase el temporal para retomar la operación. De Proa no esperan que llegue ahora con el dinero y el resto de pretendientes, como los fondos Macquaire y First State, hicieron ofertas muy bajas que ahora no se prevé que mejoren.
Saba, una inversión de ida y vuelta para La Caixa
La Caixa ha jugado con Saba hasta plantear seriamente la venta del 100% y estar a punto de cerrarla. En 2011, segregó los parkings y parques logísticos de Abertis y los agrupó en esta empresa, líder española de los aparcamientos. Luego empezó la operación de crecimiento, con compras en Portugal y los contratos con Adif y Aena, y la búsqueda de socios, entre los que estaban KKR, Torreal (Juan Abelló) y la propia Proa, que alcanzaron el 49%.
Pero hace más de tres años, los socios de La Caixa en la empresa que preside Salvador Alemany solicitaron una salida. En ese momento, Fainé mandó analizar el mercado para sumarse a la operación y vender también su 50,1%. Pero no encontró interés y terminó comprando el 49% del resto de inversores por 438 millones de euros.
Detrás de este movimiento no había una intención de permanencia en el negocio de los aparcamientos, sino la de hacerla crecer internacionalmente para terminar encontrando un inversor en el momento idóneo. Así fue como en 2018 compró el negocio de Indigo en Reino Unido, Alemania, Eslovaquia y la República Checa y, unos meses después de su integración, inició su venta, que terminó con la frustrada operación con Proa.