La banca frena los avales de Duro Felguera a la espera de la SEPI
La asturiana ha actualizado el nuevo plan estratégico y la SEPI ha retrasado por segunda vez el pago de los 80 millones que tiene pendiente para estudiarlo
El pool bancario de Duro Felguera se niega a desbloquear los avales acordados con la empresa hasta que la SEPI desembolse los 80 millones de euros que faltan del rescate. El pago se tendría que haber hecho el pasado mes de junio y luego en septiembre, pero de nuevo el Gobierno ha anunciado que se retrasará dos meses más.
Y esto lleva a la banca a tener de nuevo dudas sobre cuál será el desenlace de esta compañía. En verano de 2020, y cuando todavía estaba José María Orihuela al frente, Duro Felguera acudió al Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas (FASEE) y solicitó 100 millones de euros para solventar su situación.
En diciembre elevó la cifra a 120 millones de euros. La asturiana llevaba meses advirtiendo de que estaba al borde del concurso de acreedores, y mucho antes de que llegara la pandemia (desde 2018) negociaba con la banca acreedora la refinanciación de la deuda sindicada, que asciende a 85 millones de euros.
Duro Felguera sabía que la SEPI solo aprobaría el rescate si llegaba a un acuerdo con las siete entidades, que son Banco Santander, Caixabank, Banco Sabadell, Bankia, BBVA, Liberbank y Banco Cooperativo.
Así que puso en marcha un proceso de reestructuración global que incluía los 120 millones que pidió a la SEPI, la refinanciación de los 85 millones de deuda sindicada y la obtención de una línea revolving de avales por importe de 100 millones de euros para cubrir las garantías de los siguientes dos años. Paralelamente abrió un proceso de captación de inversores privados.
La banca acercó posturas con la empresa, con quien se comprometió finalmente a otorgar una línea de avales por importe de 80 millones de euros, con cobertura CESCE del 70%. Así que la SEPI aprobó el rescate, realizó una serie de cambios en el consejo de administración (relevó al CEO por Jaime Argüelles y nombró a dos directivos) y en mayo desembolsó la primera parte, 40 millones.
La banca esperaba que en junio se desembolsaran los otros 80 millones para desbloquear los avales, pero la SEPI retrasó el pago, tal y como ocurrió con la primera parte del rescate donde también hubo un retraso.
Distintas fuentes financieras consultadas por Economía Digital aseguran que la SEPI espera la llegada de un socio industrial, el mismo que lleva meses prometiendo Duro Felguera, para transferir el dinero.
Pero fuentes cercanas a la compañía lo niegan, dicen que la entrada de un socio nunca ha sido un requisito en sí mismo, y explican que la SEPI está estudiando “una actualización y mejora del plan estratégico” que la asturiana ha presentado recientemente.
La banca ya ha perdido 233 millones con Duro Felguera
Entre tanto, (y con retraso), Duro Felguera ha publicado sus cuentas semestrales (las correspondientes de enero a junio), y en ellas asegura que el proceso de captación de inversores privados “se encuentra en la actualidad abierto y se continúan recibiendo muestras de interés de potenciales inversores”.
La empresa de ingeniería también informa de que los retrasos en el cierre del proceso de reestructuración financiera y en el desembolso completo del rescate, imposibilitando la disposición de la línea de avales, “ha causado retrasos en la contratación prevista”. Con todo, Duro Felguera ha perdido entre enero y junio algo más de 11 millones de euros.
Fuentes financieras aseguran que la banca no firmará nada hasta que la SEPI no pague el resto del rescate. Recuerdan que estas entidades se han dejado por el camino 233 millones de la quita de deuda que le hicieron. También que ha sido la propia SEPI quien ha elegido al consejero delegado actual, pero que no ha servido para acelerar los procesos sino todo lo contrario.
“La banca es la que más dinero ha perdido hasta ahora en Duro Felguera y la primera interesada en que la compañía se recupere financieramente para que no quiebre y perderlo todo”, comentan. Pero la actuación de la compañía genera mucha incertidumbre. Por ejemplo, que la entrada de un socio fuera primordial “pero ahora ya no”. O que los litigios que tiene pendiente la asturiana, “se iban a vender a Fortress, pero ahora convencen a la SEPI y ya no”.
En cuanto a la deuda convertible, aclaran que es “una cuestión voluntaria”. Si los bancos no quieren no se convierte en accionistas y si Duro Felguera no paga la deuda no pasan a ser automáticamente accionistas. Solo si la empresa va bien y viene alguien que le interese comprarla para formar parte del capital, la banca se lo podría plantear. Pero aclaran “la banca no está interesada en ser accionista de Duro Felguera”.