Juan José Hidalgo reparte su herencia empresarial en vida
El fundador de Globalia se desprende de la joya de la corona del grupo antes de la crisis económica y en medio de tensiones familiares nunca cerradas
Son muchas las sagas empresariales españolas que saben que uno de los pasos más difíciles es dar el testigo a la segunda generación. Los Hidalgo son una de ellas y la venta de Air Europa, la joya de la corona del grupo Globalia, anunciada este lunes por 1.000 millones de euros, no sólo es oportuna por el momento, sino porque facilita la paz familiar que no han sabido enfocar otras grandes empresas españolas. Uno de los ejemplos más recientes lo tenemos con El Corte Inglés. Hidalgo, tal vez viendo las barbas del vecino cortar, no ha querido arriesgarse a dejar tantos cabos suelos a sus futuros herederos.
En los últimos meses, el grupo había perdido varios ejecutivos claves, e Hidalgo, en lo que habría sido otro movimiento frustrado para profesionalizar la empresa familiar. La crisis de Tomas Cook, los tambores que previenen ante una nueva ralentización económica a nivel global – donde el sector turístico suele tener una papel crítico- deben haberse conjugado a favor de que Globalia haya optado por desprenderse de su negocio más icónico.
Hidalgo ha firmado una historia de superación y crecimiento empresarial propio, pero tal vez una de sus cuentas pendientes ha sido no saber dar una sana continuidad a sus propios éxitos en el mundo de los negocios. Su hijo Javier Hidalgo, que tras idas y venidas y pasar por PepePhone ya ostenta el 17% del capital del grupo, es desde 2016 consejero delegado del grupo.
Su hija, María José Hidalgo, presidenta hasta ahora de Air Europa, ostentaría un 5% del capital de Globalia, y no habría tenido mucha sintonía con los planes de su hermano para el grupo, que querría haberse embarcado en un plan de expansión que no veía con buenos ojos.
La venta de Air Europa podría condicionar su presencia en la primera línea ejecutiva del grupo, dando, en principio, la victoria a su hermano, que ha ido preparando poco a poco este momento, ganando peso en el capital de Globalia, tras la compra de los paquetes de acciones que controlaban Banco Santander y Unicaja.
Juan José Hidalgo: «poco más» por hacer
Juan José Hidalgo este mismo año ya parecía dar muestras de cierto cansancio de la crisis familiar y del propio sector turístico. En una entrevista este mes de julio, apuntaba que ya le quedaba «poco por hacer a nivel empresarial». Con residencia casi habitual en República Dominicana este empresario hecho a sí mismo parecía más dispuesto a acelerar las inversiones en la isla, que en pensar en cómo hacer crecer a la compañía que él mismo construyó poco a poco.
El empresario ha contado en numerosas ocasiones toda su experiencia profesional, que le ha llevado desde ser segador hasta presidente ejecutivo de Globalia a lo largo de su carrera profesional. Con la venta de Air Europa también muestra que es capaz de reconocer que una desinversión a tiempo puede ser una victoria. No se conocen los planes del grupo para ese capital, pero si el grupo aprueba un dividendo extraordinario, se podría embolsar más de 500 millones.
Hidalgo culminará así una aventura empresarial que comenzó con menos de 20 cuando en 1961 emigró a Suiza para, en un primer momento, «cuidar vacas» en las afueras de Zúrich. Desde allí pasó a trabajar como pintor, peón o mecánico en la ciudad.
Fe en Suiza cuando comenzó con el negocio turístico. El inicio fue fletar autobuses, conducidos por él mismo, para emigrantes españoles (especialmente gallegos) que viajaban entre Suiza y Alemania y España. Fue el embrión de Viajes Halcón, la compañía que terminó por convertirse en Globalia junto a Air Europa, Travelplan y su propia cadena hotelera.