José María Vilas, el empresario que traspasó Panrico aterriza en Deoleo
El ejecutivo tomará el relevo de Oscar Fanjul al ser aupado por otro fondo de inversión, CVC
El consejo de administración de Deoleo ha ratificado a José María Vilas como presidente de la compañía. Nacido en 1954 en Graus (Huesca), el empresario aterrizará en el grupo con una mochila de más de 30 años en el sector de la alimentación y una trayectoria un tanto polémica. La inmensa mayoría de su vida laboral tuvo lugar en la multinacional Unilever, donde consiguió una prejubilación dorada en octubre de 2009, según fuentes de su entorno, para entrar casi un año después en Panrico. Su etapa en el grupo de bollería fue la antesala de la crisis que actualmente vive la compañía.
El principal reproche que le hace la plantilla es la poca implicación en los problemas estratégicos del grupo cuando llegó a la presidencia, en diciembre de 2010. Sustituía en el cargo al actual máximo directivo de Colonial, Juan José Brugera, y salió de la compañía dos años después.
Cambio de accionista
En ese tiempo, desfilaron por la cúpula de Panrico dos consejeros delegados (César Bardají y Joan Casaponsa) y en noviembre de 2011 cambió el accionariado. El fondo Oaktree obtuvo el control de la empresa porque la banca acreedora aceptó traspasar las acciones y reestructurar la deuda financiera que arrastraba el grupo con una quita del 80%. El fondo no renovó el consejo de administración de la compañía hasta un año después de la operación. El propio director general del fondo, Karim Khairallah, decidió ocupar él mismo del cargo por su carácter institucional, según señaló el fondo al comunicar el relevo en la cúpula.
Vilas fue casi un espectador de los movimientos que tuvieron lugar en Panrico, señalan fuentes empresariales. Facilitó la transición pero en ningún momento ni él ni nadie de su equipo intentó solventar los verdaderos problemas de la compañía: unos costes de producción insostenibles. Esa fue la patata caliente que dejó a Oaktree, quien decidió finalmente casi un año después de la salida de Vilas declarar el preconcurso de acreedores e iniciar una de las reestructuraciones laborales más relevantes de los últimos tiempos.
Mismo equipo que en Panrico
El paso de Vilas por Panrico ha sido clave para que pudiera recoger el testigo de Oscar Fanjul en Deoleo. Otro fondo puso su nombre sobre la mesa, CVC, por las recomendaciones de dos de los directivos de la aceitera que compartían silla con Vilas en el consejo de administración del grupo de bollería: Jaime Carbó y José María Vara.
El reto en Deoleo es muy parecido a que tuvo en su segunda etapa en Panrico, cuando el cambio de accionista estaba firmado: pilotar la entrada de un fondo de inversión con una visión a corto plazo de conseguir beneficios. Pero en esta ocasión se tendrá que ensuciar. La propia plantilla de la aceitera le reclama ya un plan de expansión para el aceite de oliva con una marca fuerte, internacional y de primera calidad. Los sindicalistas recuerdan que han visto con malos ojos la entrada de CVC en Deoleo, pero se resignan –“es lo que tenemos hoy, ya está hecho y no podemos luchar en contra”, señala uno de los miembros del comité de empresa– y exigen pruebas de que existe un plan de negocio en la dirección que ellos reclaman.
“Esperemos que no sea uno de esos presidentes cuyo máximo interés sea acudir a los consejos de administración para embolsarse las retribuciones”, añade el mismo interlocutor. El gran reto de Vilas será demostrar en Deoleo que no es un hombre de paja.