Joan Font vuelve a castigar a su hermano sin dividendos en Bon Preu

La cadena de supermercados ganó más de 30 millones en el ejercicio 17/18, pero lo reservó todo para reservas en unas cuentas que Josep Font se negó a firmar

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Los hermanos Font volvieron en 2019 a la mesa de negociación con tal de buscar una salida a la guerra que les enfrenta en la cúpula de Bon Preu. En la mochila, ambos llevan la última batalla ganada por el mayor de ellos, Joan Font, el presidente de la cadena de distribución, que en el ejercicio 2017/2018 volvió a dejar sin dividendos a su hermano pequeño, Josep Font, vicepresidente, a pesar de que los beneficios ascendieron hasta los 30 millones de euros.

Joan Font hizo valer su condición de presidente con tal de imponer su voluntad. Es más, las cuentas no llevan ni siquiera la firma de su hermano Josep. Además, los acuerdos tomados en la Junta de Accionistas celebrada el pasado 5 de diciembre fueron aprobados con su único voto, pues la estructura societaria del grupo le permite hacerlo.

La organización del conglomerado deja en posición de minoría a Josep. Bon Preu, la sociedad que agrupa la mayor parte del negocio, está controlada al 100% por Bon Preu Holding, participada al 50% por ambos hermanos. Como administrador solidario, Joan Font representa a la matriz en la junta de su filial.

Sin embargo, el presidente de Bon Preu no puede utilizar su poder en el holding. La cabecera del grupo está participada al 50% por Baloo d’Inversions, su sociedad patrimonial, y Espai d’Inversions, la patrimonial de su hermano. Ante tal bloqueo, el grupo lleva desde 2014 sin ser capaz de aprobar unas cuentas por las recurrentes diferencias en la política de dividendos  liderada por Joan Font.

En el fondo de las divergencias está la distinta política retributiva de ambos hermanos: mientras el mayor de los hermanos prefiere llenar las reservas para financiar una agresiva expansión por el mapa catalán, el menor pide incrementar el reparto de dividendos, congelados desde el ejercicio 2013/2014  a pesar de haber ganado entre 17 millones y 30 millones cada año durante el último lustro. En la última ocasión que se retribuyó a los accionistas, las ganancias fueron de 11,8 millones y la cantidad emitida de 2,8 millones.

Al enfrentamiento contribuyó la decisión unilateral de Joan Font de incrementarse su salario como presidente de Bon Preu en 580.000 euros. Josep denunció el caso ante la justicia ordinaria, que le dio la razón, pero su hermano mayor interpuso un recurso y el caso se encuentra en la Audiencia Provincial.

Bon Preu recorta los beneficios el 20%

De este modo, los hermanos Font no saborearán el dulce momento de Bon Preu, que ganó 30 millones de euros en el ejercicio 2017/2018 –hasta el mes de marzo–. A pesar de que el cava volvió a correr por las oficinas del conglomerado, no fueron pocos los que torcieron el gesto ante una caída del 19,35% de las ganancias desde los 37,2 millones de la temporada anterior.

Las ventas sí siguieron a un ritmo disparado y si el año pasado ya se elevaron el 9,4%, en el ejercicio 2017/2018 subieron un 11,3% adicional.

Las negociaciones en la cúpula de Bon Preu

Fuentes implicadas en las conversaciones explican a Economía Digital que tras largos meses de silencio, las conversaciones entre los dos hermanos volvieron a producirse con la entrada de 2019. Los dos interlocutores principales son Joan Font, y Abel Font, el hijo de Josep, al que sustituyó el pasado mes de enero “para tratar de restablecer la comunicación entre ambas partes”.

Todavía en fase embrionaria, el tira y afloja se produce ahora después de que ambas partes constataran el coste fiscal de partir Bon Preu en dos partes, que supera los 70 millones de euros. El gasto calculado por los dos hermanos no coincide debido a que la valoración que cada uno realiza de la empresa es ostensiblemente diferente.

Así, las conversaciones se encuentran en la búsqueda de un precio final que, previsiblemente, será inferior a los casi 500 millones de euros que pidió Josep Font en el juicio celebrado el pasado mes de octubre. El acuerdo, eso sí, parece todavía lejano. La discusión, a falta de un acuerdo extrajudicial, se encuentra ahora en la Audiencia Provincial.

 

Carles Huguet

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