Joan Font (Bonpreu) castiga a su hermano sin dividendos pese a ganar más
Bonpreu ganó 37,2 millones de euros en el último ejercicio pero los destinó todos a reservas. Mientras, uno de los hermanos quiere vender por cobrar poco
El grupo Bonpreu se resquebraja. Los hermanos Font, Joan y Josep, andan a la greña debido al descontento del segundo con sus ganancias en la cadena de supermercados. Mientras que Josep, harto, ya busca vender su 50%, la compañía gana cada vez más dinero, aunque los accionistas no lo vean. En el ejercicio 2016/2017, los beneficios fueron de 37,2 millones de euros, pero nada fue para los propietarios: no se repartieron dividendos.
Las cuentas de la sociedad a las que ha tenido acceso Economía Digital revelan un incremento de las ganancias del 3,5% en el año fiscal cerrado el 28 de febrero de 2017 frente a la temporada anterior. La subida, moderada, llega de la mano del crecimiento de las ventas: de 985,3 millones a 1076,8 millones de euros, el 9,4% más.
Sin embargo, los vientos favorables no repercuten al bolsillo de los accionistas –los dos hermanos Font–. La empresa presidida por Joan Font decidió no emitir dividendos a pesar de las buenas cifras. Todo fue destinado a reservas voluntarias, un camino contrario al preferido por el vicepresidente, Josep, que quiere ganar más dinero.
Bonpreu no reparte dividendos desde el ejercicio 2013/2014
La decisión no fue un hecho aislado. Bonpreu no reparte dividendos desde el ejercicio 2013/2014 a pesar de haber ganado entre 17 millones y 35 millones cada año durante el último trienio. En la última ocasión que se retribuyó a los accionistas, las ganancias fueron de 11,8 millones y la cantidad emitida de 2,8 millones.
Además, los hermanos Font llevan desde 2014 sin poder aprobar unas cuentas de Bon Preu Holding, según los datos del Registro Mercantil. La sociedad, participada al 50% por ambos, es la propietaria del resto de filiales, entre ellas Bon Preu SA, que genera la práctica totalidad del negocio del grupo.
Así, al carecer de una mayoría suficiente, ninguno de los dos puede imponer su criterio sobre el otro. Uno de los motivos podría ser, precisamente, la falta de dividendo, pues el último ejercicio aprobado coincide con el último en el que se repartió parte de las ganancias entre los socios.
Batalla judicial entre hermanos
La batalla entre ambos hermanos salió a la luz este mismo diciembre, cuando La Vanguardia publicó que Josep Font pidió a su hermano que le comprara la participación del 50% que ostenta. Ahora, las firmas internacionales KPMG y Grant Thornton calculan el valor del grupo de cara a la negociación inminente entre las partes.
La relación entre ambos, pero, ya se rompió el pasado verano, pocas semanas después del cierre del ejercicio 2016/2017. La clave fue “la discrepancia entre los dos por la política de remuneración y por lo relativo al reparto de dividendos”, explicaron fuentes oficiales.
Las discrepancias incluso llegaron a los juzgados, pues el mayor presentó una demanda contra el pequeño por presuntas irregularidades en la fijación de sus emolumentos. Los dos estaban inmersos en un contencioso en el tribunal arbitral que finalmente reconoció el derecho de separación de los socios.