Japón ya tiene el plan para mantener abierta Nissan Barcelona
Nissan y su filial española aprueban el proyecto para mantener la producción en Barcelona. Incluirá recortes y pedirá ayudas a la administración
A menos del 40% de su capacidad, la fábrica de Nissan en Barcelona no sacó al mercado ni 60.000 vehículos en los primeros nueve meses del ejercicio 2018/2019. La agonía ya se prolonga durante prácticamente dos años y son muchos en el sector que dudan sobre el futuro de la instalación catalana. El grupo sale a despejar los rumores y asegura que ya cuenta con un plan aprobado para reanimar la planta.
El vicepresidente de producción de la alianza Nissan-Renault, José Vicente de los Mozos, explica en un encuentro con periodistas en el Geneva International Motor Show 2019 que la dirección ya tiene el ansiado plan industrial para garantizar la continuidad del centro de la Zona Franca. «Ya ha sido aprobado por la cúpula en Japón, ahora falta negociarse con la plantilla», emplaza.
Con el sí nipón en la maleta será el turno de Genís Alonso, máximo responsable de la fábrica, de sentarse con los trabajadores. «Han existido algunas conversaciones, pero siempre informales y con poca profundidad», dicen fuentes sindicales a Economía Digital. «Nos gustaría tenerlo aprobado antes del salón Automobile de Barcelona, en mayo», fija De los Mozos.
Dos años para nuevos vehículos en Nissan Barcelona
No obstante, el horizonte de asignaciones de Nissan no parece halagüeño y como mínimo pasarían dos años hasta que un hipotético vehículo comenzara a elaborarse en Barcelona.
Si bien De los Mozos se resiste a hablar abiertamente de recortes, los acuerdos siempre llevan aparejados recortes en el gasto que acostumbra a repercutir en los trabajadores. En este caso, y con una plantilla envejecida, el ajuste más claro es a base de prejubilaciones que luego puedan suplantarse con personal con salarios más bajos.
«La situación en Ávila era más complicada y llegamos a un acuerdo», recuerda De los Mozos.
A cambio, Nissan quiere «adecuar la fábrica para el futuro de la automoción», señala el directivo. «Habrá que hacer inversiones», añade. Sin embargo, no concreta el destino, ni tan siquiera si se afrontará la necesaria renovación de la planta de pintura, que demanda una inversión de más de 60 millones de euros de erigirse una nueva o de 15 millones si se adecúa la actual.
Los detalles los deja para Genís Alonso, pero De los Mozos sí se muestra «optimista» por un plan «a varios años». «Si logramos aprobar el plan para Ávila durante el año pasado, que era más difícil, estoy convencido que este lo sacaremos adelante», zanja. Hoy, la instalación crece al ritmo del 30%.
Desde luego debería ser más largo que el último plan industrial lanzado en 2014 con tal de captar el Nissan Pulsar, el modelo que debía revitalizar la instalación catalana. Su poco éxito entre el público terminó por convertirlo en un fiasco y se canceló la producción apenas un lustro después de su aterrizaje.
Las negociaciones, eso sí, no serán a dos bandas. «Las instituciones deben dar un paso adelante», reta. Sin tampoco concretar, da a entender que solicitará ayudas en materias como I+D o formación a las administraciones.
Las cifras de Nissan Barcelona
Las cifras hechas públicas por Nissan en la presentación de resultados de los primeros nueve meses de su ejercicio fiscal –de abril a diciembre– reflejan la rebaja de la producción en la instalación barcelonesa, que en nueve meses sacó al mercado 58.875 vehículos; lejos de los 65.305 que ensambló en el mismo periodo del año anterior. La empresa que dirige Hiroto Saikawa agudiza así un recorte que ya se remonta a la temporada 2016/2017.
Además, la tendencia es cada vez más negativa para Barcelona. Si en el primer trimestre logró una mejora de 2.184 vehículos (+9,2%) respecto a los tres meses comparables, rápidamente abandonó la senda del crecimiento: el segundo trimestre se saldó ya con una caída del 3,2% y el tercero, ya sin el Nissan Pulsar, acabó con una bajada del 22,4%.