Jaime Malet: «El antiamericanismo pueril no puede influir en el gobierno catalán»
El presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en España avisa: El peligro es que Cataluña deje de ser la plataforma para vender a España y Europa"
Jaime Malet habla con medida, pero se suelta cuando considera que las circunstancias obligan a ello. Está impactado con la decisión del empresario Jordi Clos de trasladar la sede de Derby Hotels a Madrid. No le sorprende, pero entiende que debería suponer un punto de inflexión.
Malet, presidente de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en España, viaja continuamente, y tiene claro lo que desean los inversores. «Los inversores, con los que hablo cada día, las empresas asociadas a la Cámara con las que tengo contacto a diario, no entienden nada de lo que sucede en Cataluña y la verdad es que resulta difícil explicarlo, con tantas elecciones, con una resolución de ruptura en el Parlament, sin gobierno, con una fuerza política como la CUP. La evidencia es que se van empresas, o las inversiones previstas se ralentizan o se congelan a la espera de ver lo que sucede», asegura en la sede de su empresa en la Diagonal de Barcelona.
Proceso desestabilizador en el tiempo
Malet ha decidido que no quiere dejar de expresar lo que vive en el mundo empresarial. «Cataluña ha triplicado su PIB per cápita desde 1978, y, por supuesto, seguirá recibiendo inversiones, al margen de la situación de inestabilidad política, pero el peligro real es que deje de ser la plataforma para vender a España y Europa», asegura, ante el movimiento secesionista que vive la comunidad desde 2012.
«Lo que veo es que tenemos un problema para los próximos años, con muchas personas en Cataluña que creen en un proyecto que es imposible, y que puede ser desestabilizador, porque se mantendrá en el tiempo». Según Malet, las grandes empresas que buscan mercados importantes pueden decidir instalarse en otras capitales europeas, «a pesar de las buenas condiciones objetivas de Barcelona».
Esos movimientos de las empresas pueden ser bruscos. A Malet, cuando se le pregunta por las inversiones que se reciben, como defiende el Govern de Artur Mas, muestra incredulidad en su rostro. «Las grandes empresas no explican los pasos que darán, no avisan, lo que hacen es actuar cuando han estudiado internamente todos los datos», reitera.
Mercados globales
El mundo, visto desde Barcelona, ofrece grandes oportunidades, según este ejecutivo, que, aunque mantiene un perfil discreto, no se esconde cuando se trata de la defensa de los intereses empresariales. «Existe una competencia tremenda entre las empresas por los mercados de todo el planeta, y Barcelona está en disposición de competir, con buenas infraestructuras, con gente de talento, y, en cambio, estamos en otras cosas», lamenta.
La Cámara de Comercio de Estados Unidos en España agrupa a más de 320 empresas estadounidenses y españolas, con una facturación que supera el 25% del PIB español. Malet, que sigue muy de cerca las negociaciones del TTPI, el tratado de libre comercio entre Estados Unidos y la Unión Europa. Malet sostiene que «desgraciadamente, renace un antiamericanismo pueril al criticar un tratado que favorecerá a las pequeñas y medianas empresas, y que creará miles de puestos de trabajo», en una alusión a la CUP. «El problema es que ese antiamericanismo pueril puede influir en el gobierno», asegura, en referencia a la investidura de Artur Mas por parte de la CUP.
Fiel a sus principios, y tras asumir que la corriente principal en la opinión pública catalana le es adversa, Malet defiende que «los responsables de lo que ocurre en Cataluña no se pueden dividir al 50%, ni mucho menos», cuando se le pregunta por la actitud del Gobierno de Mariano Rajoy. «El Parlament aprobó una resolución de ruptura, en la que los políticos dicen que no respetarán las leyes, y eso debería tener consecuencias», sentencia.