Inoxcrom vuelve a escribir
La empresa barcelonesa presentará en 15 días la propuesta de convenio tras pactar con el 70% de los acreedores el pago de las deudas
La compañía de bolígrafos Inoxcrom prevé finalizar su travesía por el desierto antes de que termine julio. Tras acumular números rojos desde 2006, realizar un ERE de extinción de empleo para 105 de los 250 empleados, entrar en concurso de acreedores el 5 de noviembre de 2009 y cambiar varias veces la propiedad del paquete mayoritario de acciones de forma como mínimo peculiar (se vendió por un euro, menos de lo que vale un bolígrafo); el asesor legal de la empresa, Joan Marroquín, ha explicado a Economía Digital que en 15 días presentarán una propuesta de convenio en el juzgado mercantil número 7 de Barcelona. No esperan sorpresas en los 60 días en los que se puede impugnar, ya que “está confirmada con el 70% de los acreedores”.
Los directivos de Inoxcrom, encabezados por Sebastiá Clotet (34 años), aseguran que superaran “como muy tarde a principios de septiembre” el concurso. Y es que según ha podido saber esta publicación, sólo les falta el visto bueno de las administraciones públicas (la deuda con la seguridad social ascendió a 1,8 millones de euros) y con proveedores menores, básicamente chinos.
Tras el maratón de reuniones, que aún no han terminado, el grupo barcelonés ha pactado tres formas distintas de sufragar los créditos. Marroquín afirma que las mejores condiciones de pago se las llevarán los trabajadores que fueron despedidos en 2009 y aún no han cobrado el 100% de la indemnización. En total, tienen pendientes de cobrar 5 millones de euros que se abonarán “en 4 años a partir de la aprobación del convenio con distintos porcentajes: 20%, 20%, 40% y 20%”. En cuanto a los créditos privilegiados (los públicos) y el resto de acreedores ordinarios, se les aplicará “una quita del 50%”.
Recursos propios
A todos ellos se les ha ofrecido la posibilidad de cambiar el dinero en metálico por acciones de la empresa, una opción a la que se han acogido muy pocos acreedores. Ninguno de estos pactos está todavía rubricado y como garantía se ofrecen los inmuebles del grupo, que tiene la sede en el barrio de La Verneda.
El asesor legal y responsable del concurso (también ocupa la vicepresidencia de Inoxcrom), destaca que se resolverá “sólo con recursos propios de la empresa”. Una “voluntad” que sustentan en los resultados del primer trimestre: “Tenemos unas ventas un 4% superiores a lo presupuestado”. Asimismo, valora esta cifra como “un cambio de tendencia” de los últimos ejercicios y declara que cerrarán 2011 con beneficios.
Hermanos enfrentados
Fundada en 1955 por Manuel Vaqué Ferrandis, los ejercicios de Inoxcrom están en números rojos desde 2006. Tras la muerte del alma del grupo de estilográficas y bolígrafos el 10 de junio de 2003, los enfrentamientos entre los cuatro herederos repercutió en la gestión del grupo. Terminaron 2007 con unas pérdidas de 13 millones de euros, una cifra que no se pudo remediar con el inicio de la crisis y la caída del consumo.
Hasta febrero de 2009 se buscó una forma de recapitalizar la empresa, pero ante la imposibilidad de llegar a ningún acuerdo, Maria, Empar y Eulàlia Vaqué vendieron sus acciones (el 80%) al empresario Albeto Novel, un inversor con experiencia en la automoción y la logística. Según han contado fuentes cercanas a la familia Vaqué a ED, las deudas eran tan grandes en aquel momento y la relación con su hermano Manuel tan mala que salieron de Inoxcrom por un euro, menos de lo que vale uno de sus bolígrafos, y mantuvieron los créditos personales y sus avales durante 24 meses.
Novel intentó dar un impulso a la empresa, pero topó con el comité. No pudo implementar su plan estratégico porque no consiguió pactar con los todos los sindicatos los 130 despidos que pedía. Al final fue el departament de Treball de la Generalitat, entonces liderado por la socialista Mar Serna, quien autorizó un ERE que afectó a 105 personas. La caja estaba vacía y se autorizó la indemnización mínima: 20 días por año trabajado.
Pocos días después, el 15 de julio de 2009, Alberto Novel y su hermano Ricardo (que también había participado en la operación, con menos acciones) vendieron su participación a Clotet por una cifra que nunca han querido hacer pública. Eso sí, las fuentes consultadas repiten la curiosa cantidad con la que Inoxcrom ha cambiado de propietario: un euro.