El independentismo cambia de estrategia en la Cambra de Barcelona: se vuelca en las pymes
La candidatura Eines de País, apoyada por la ANC, espera volver a movilizar a autónomos y pequeña empresa para retener la organización frente a un establishment organizado
La batalla por la Cambra de Comerç Barcelona ya ha comenzado. Este miércoles finalizó el plazo para presentar las candidaturas para ocupar las sillas del pleno cameral y todo apunta que la disputa será entre el gobierno actual y su candidatura avalada por la Assemblea Nacional de Catalunya (ANC), Eines de País, y la lista del empresariado catalán tradicional encabezada por Josep Santacreu, dispuesto a pelear por recuperar el órgano Barcelonés.
Es un secreto a voces que Santacreu tiene el apoyo de las grandes empresas, así como de las patronales, y hasta del Govern de la Generalitat, pero por ahora prefieren mantener un perfil bajo y se desconocen las empresas que figurarán en la candidatura. Mientras, Eines de Pais ya ha dado a conocerá a sus 52 candidatos y ha dejado entrever cuál será su estrategia de cara a la captación del voto: se volcará en las pymes y luchará por alcanzar una participación récord.
Dos de los motivos que llevaron a la candidatura independentista a hacerse con la victoria en las polémicas elecciones de hace cuatro años fueron la capacidad de movilización que tenía la ANC en pleno auge del procés y la división dentro del establishment empresarial. En 2019, el fervor independentista no era ni por asomo equivalente al pico del 2017, pero en unas elecciones celebradas en mayo, coincidiendo con el juicio a los líderes del movimiento en el Tribunal Supremo, el independentismo estaba mucho más activo que en el contexto actual.
En ese momento, la ANC animó a sus seguidores a entrar en distintas organizaciones civiles, incluidas las empresariales, y hasta impulsó la creación de la patronal secesionista, Anem per Feina, a finales de año. En el caso de la Cambra de Barcelona, la entidad presidida por Núria Feliu consiguió impulsar la participación de las elecciones hasta rozar el 5% del censo, con la movilización de pequeños empresarios independentistas, que hasta entonces no se habían interesado por la Cambra. Puede parecer una cifra baja, pero en comicios anteriores la participación apenas alcanzaba el 1%.
La división del voto
En paralelo, Eines de País se enfrentó a cuatro listas diferentes, la encabezada por Enric Crous, que obtuvo 4 vocalías, la de Carles Tusquets, con 3 sillas, la candidatura 50a50 para promover la presencia de mujeres en los puestos de toma de decisiones, con 1; y la de Ramón Masià, que quedó fuera del pleno. Esto generó una división de voto entre el empresariado tradicional, lo que propició que, por ejemplo, Josep Sallent, propietario de la pequeña empresa de fabricación de semirremolques para el transporte de ganado Truckat, se hiciera con el epígrafe del sector de la automoción, dejando fuera a empresas de renombre como Seat, Ficosa, Nissan o Silence.
Sin embargo, la casilla de salida en 2023 es muy diferente: el procés se ha enfriado y el establishment empresarial se ha unido en una sola candidatura, lo que sumaría votos que hace cuatro años quedaron divididos. En este nuevo escenario, fuentes conocedoras aseguran que Eines confía en captar el voto de la pequeña empresa y fía su permanencia en la Cambra a un alza de la participación, en unas elecciones donde le voto de un autónomo vale lo mismo que el de una gran corporación.
A su parecer, las micropymes y pymes podrían sentirse más identificada con una candidatura que se presenta como una representación de todo el tejido, siempre dentro del independentismo, frente a una lista que para un pequeño empresario podría parecer “elitista”. Eso sí, todavía se desconocen los detalles de la estrategia de Santacreu, que podría intentar postularse como un candidato de punto medio: cercano a la gran empresa, pero apoyado por el Govern de ERC y exvicepresidente de Femcat, una patronal catalanista.
Eines cuenta, además, con otra baza: parte como gobernante, lo que da cierta ventaja en una votación del estilo, ya que tiene cuatro años de experiencia que podrían “avalar” su proyecto y su intención de “abrir la Cambra”. Por su parte, no sería de extrañar que el establishment optará por mantener sus críticas a los actuales gobernantes, a quien acusan de haber politizado la institución y de invadir campos de actuación de las patronales y gremios.
Foment y Pimec nombran las primeras seis vocalías
La candidatura de la ANC y la del exCEO de DKV batallarán por alcanzar 52 de las 60 sillas del pleno de la Cambra. Dos de las ocho restantes se los quedarán automáticamente las empresas que hagan una aportación económica voluntaria más alta, las llamadas sillas de platas, que el gobierno de Mónica Roca recortó de 14 a solo dos el año pasado para “democratizar” el pleno.
Las otras seis se asignan automáticamente a Pimec y Foment, que esta semana anunciaron que han presentado una candidatura única, por lo que ya se conocen seis de las 60 vocalías de la Cambra. A petición de la organización encabezada por Josep Sánchez Llibre, entrarán en en pleno Eloi Planas, presidente de Fluidra, Ignasi Marull, socio de PWC; y la CEO de Copisa, Anna Cornadó. Por su parte, la patronal de las pequeñas y medianas empresas ha designado a Miquel Marto, presidente y CEO de Moventia; Emma Gubert, socia-fundadora de Emma Gubert; y a la directora corporativa de Font Packaging Group, Martina Font, como sus representantes en la entidad.