Tormenta perfecta: la banca ultima el recurso al impuestazo en lo peor de la crisis
Sabadell se suma a las críticas de Bankinter ante un hachazo fiscal que hundirá las cuentas de las entidades de este primer trimestre
Los bancos están presentando estos días los resultados de 2022, un año positivo para el sector, pero los del actual trimestre, el pero para la economía según todas las previsiones, no serán tan buenos. Alguna entidad puede incluso presentar números rojos, lo que suele ser muy negativo para su cotización. El motivo es que tendrán que pagar el nuevo impuesto al sector, pero ya preparan la batalla judicial contra esta tasa.
María Dolores Dancausa, consejera delegada de Bankinter, aseguró la semana pasada que la entidad presentará recurso contra una tasa que cualificó de «injusta, arbitraria y confiscatoria». César González-Bueno, del Sabadell, se sumó a las críticas este jueves y dejó la puerta abierta al recurso. El consejo de administración del banco catalán lo estudiará y todo apunta que podría seguir el camino de Bankinter.
Las entidades consideran que ya están suficientemente gravadas y que el nuevo impuesto del Gobierno de Pedro Sánchez es injusto. Además, el mordisco es muy importante: del 20% de los beneficios para Sabadell, 170 millones, y de cerca del 17% para Bankinter, entre 80 y 100 millones. Por ello se han levantado contra la decisión y están haciendo frente común.
A Dancausa y González-Bueno les sucederán la próxima semana los máximos responsables de los tres mayores bancos del país. Se prevé que Ana Botín (Santander), José Ignacio Goirigolzarri (Caixabank) y Carlos Torres (BBVA) se sumen a las críticas y anuncien nuevos recursos, en un auténtico desafía del sector a la política económica y fiscal de Pedro Sánchez y María Jesús Montero, ministra de Hacienda.
Y es que el hachazo está a la vuelta de la esquina. El nuevo impuesto se paga en dos veces. La primera, en febrero, y la segunda, en julio. Pero se devenga el 100% en el primer pago, por lo que el impacto en las cuentas se repercutirá todo en el primer trimestre, lo que dará lugar a unos resultados con grandes caídas de los beneficios justo en el peor trimestre.
Todas las previsiones sitúan esta primera parte de 2023 como la peor de la crisis provocada por la inflación, con una probable caída del PIB y del consumo. La morosidad de la banca aun es moderada -en el caso de Sabadell, subió solo una décima en el último trimestre de 2022-, y las entidades no creen que se descontrole, pero sí que se espera un repunte.
El golpe fiscal a la banca
El Gobierno planteó el impuesto a la banca en una ofensiva contra algunos sectores -también el energético- que considera que están recibiendo «beneficios extraordinarios» de la crisis. En el caso de las energéticas, la subida de precios, si bien ya se ha mitigado. En el de la banca, el incremento de los tipos de interés.
Sin embargo, las entidades se han defendido asegurando que si bien es cierto que los tipos altos les permiten encarecer el crédito, también se encarecen las condiciones en el mercado interbancario y tienen que remunerar los depósitos, algo que de momento no está ocurriendo en España. Además, reivindican que no es extraordinario que los tipos estén al 2,5% -han estado muchos años por encima- sino los seis años que han estado en el 0%.
Aun así, el Ejecutivo de PSOE y Podemos aprobó la tasa para recaudar 3.000 millones entre 2023 y 2024, pero no de los beneficios sino gravando el 4,8% del margen de intereses y los ingresos por comisiones, para las entidades que en 2019 facturaron más de 800 millones en España, es decir, la inmensa mayoría.