Iberdrola sienta a unos sindicatos divididos para sellar el convenio
La energética espera cerrar este miércoles el acuerdo laboral de 8.800 empleados en España para los próximos cuatro años
Iberdrola se juega este miércoles las condiciones laborales de la práctica totalidad de su plantilla en España, 8.800 empleados, y no está claro si conseguirá el acuerdo. Los seis sindicatos con voz y voto en la primera energética del país llegan totalmente divididos a la firma del VIII convenio y cualquier cambio de posición puede dar al traste con el pacto.
El gigante que preside Ignacio Sánchez Galán llegó a un principio de acuerdo con parte de los representantes de la plantilla a finales de noviembre. No estaban todos pero sí más de la mitad, por lo que asumió el preacuerdo y pasó la patata caliente a los sindicatos, que debían debatir internamente su posición.
En este tiempo, uno de ellos ha cambiado de parecer. CCOO, que inicialmente se mostraba favorable al pacto, parece ahora inclinado hacia el no, lo que deja la aprobación del convenio en un solo voto. SIE, ATYPE y USO suman 7 de los 13 delegados que votarán y a priori son favorables, mientras que UGT, CCOO y ELA están en contra.
‘A priori’, 7 de los 13 delegados que votará el convenio de Iberdrola está a favor, pero podría haber cambios
Este miércoles por la mañana se reúne la mesa negociadora del convenio para los próximos cuatro años, que decidirá si es de aplicación o no. Si no hay cambios sobre esas posiciones, se aprobará, pero no se prevé una reunión fácil porque hay división incluso en el seno de las propias centrales.
La división entre los diferentes sindicatos son muy pronunciadas y, de hecho, la guerra dialéctica entre ellos ha subido de tono. Mientras algunos aseguran que es intolerable que se congelen los sueldos, y se bajen en caso de las incorporaciones, otros aseguran que con la crisis del coronavirus, y que viven todas las energéticas, se trata de condiciones justas.
De no firmarse finalmente un acuerdo, todas las partes tendrían que volver a sentarse y seguir negociando mejoras para convencer a algún sindicato más. Tienen margen para hacerlo, pues pese a que el actual convenio venza el 31 de diciembre de 2020, puede prorrogarse con ultractividad durante 2021.
Un convenio en tiempos de pandemia
El VIII convenio colectivo de Iberdrola, que abarcará desde 2021 a 2024, supondrá algunos sacrificios para la plantilla, aunque también contiene mejoras. Los sueldos de los empleados que entren en la compañía serán un 10% más bajos, y también se reducirá la antigüedad.
Desde UGT, el sindicato más representativo, lamentaron la reducción de algunos permisos, indemnizaciones y compensaciones, como las de comidas, traslado y desplazamientos, pero sobre todo criticaron que “no se ha movido ni una coma del modelo de incremento salarial”.
En cambio, USO, uno de los firmantes y más favorables al acuerdo, valoró que Iberdrola “cuenta con las mejores condiciones del sector” y que se trata de un momento difícil para las energéticas y la sociedad en general, por la pandemia de coronavirus. “Firmar ahora una subida salarial me parecería una falta de respeto a la sociedad”, afirmó Mikel Sesé, delegado de dicho sindicato en la compañía.
Iberdrola empezó la negociación planteando un excedente del 15% de la plantilla, aunque finalmente no ha habido salidas
La negociación fue relativamente rápida. En dos meses, cerraron un principio de acuerdo en un proceso que en muchas empresas se alarga durante varios trimestres, y más teniendo en cuenta que había margen pues el actual convenio podría haber seguido en ultractividad durante 2021.
La compañía que preside Galán entró fuerte en la mesa de negociación, planteando rebajas salariales y un excedente del 15% de la plantilla. Así, algunos sindicatos se posicionaron muy rápidamente en contra del acuerdo pero otros negociaron teniendo en cuenta que la alternativa era peor.