De Iberdrola a Santander: las Ibex que insinuaron la opción de ‘hacerse un Ferrovial’
La mayoría de grandes compañías españolas tienen buena parte de su negocio fuera, por lo que las subidas de impuestos y la inseguridad jurídica les lleva a plantearse la expatriación fiscal
Rafael del Pino lanzó el aviso a navegantes a principios de enero: «Debemos convertir España en un destino atractivo para invertir y en imán de talento. Para ello necesitamos un marco laboral competitivo y seguridad jurídica». Mes y medio después, el consejo de Ferrovial anunció una fusión inversa con una filial en Países Bajos por la cual el grupo constructor y de concesiones pasará a tener la sede social en dicho país y rebajará su factura fiscal en unos 40 millones anuales.
La decisión de la compañía ha levantado críticas en el Gobierno pero el resto de grandes cotizadas españolas guarda silencio. Y es que Del Pino no ha sido el primero en avisar de lo que podía suceder, si bien sí ha sido el primero en ejecutarlo. Anteriormente, compañías incluso mayores que Ferrovial han avisado con las consecuencias de un cambio de sede si son castigadas por el Gobierno.
Santander e Iberdrola, dos de las mayores Ibex con Inditex –que tiene una estructura societaria fiscal digna de mención–, son también las que más han alzado la voz contra las medidas económicas del Gobierno de Pedro Sánchez, en especial a raíz de los impuestos que el Ejecutivo aprobó en 2022 con el argumento de que tanto bancos como energéticas estaban teniendo “beneficios extraordinarios” por la subida de los tipos de interés y del precio de la energía.
Ignacio Sánchez Galán avisó directamente a la vicepresidenta Teresa Ribera de las consecuencias de una posible expatriación fiscal del gigante energético que preside. Ante acusaciones a las multinacionales de pagar pocos impuestos, Galán habría recordado a la ministra de Transición Ecológica, según publicó El Confidencial, que Iberdrola aporta 3.380 millones en impuestos, que España perdería en caso de llevar la sede social a otro país.
Otra gran Ibex que ha amenazado con hacerse un Ferrovial, pero antes que Ferrovial, es Banco Santander. De hecho, ya en 2018, su entonces consejero delegado, José Antonio Álvarez, amagó con esa posibilidad. Solo hacía un mes que el PSOE había llegado al Gobierno tras la moción de censura a Mariano Rajoy, pero las declaraciones de sus dirigentes a favor de un impuesto a la banca ya pusieron en alerta al mayor banco español. Tres años más tarde, con Podemos en el Ejecutivo y el impuesto ya en boca de todos, Ana Botín volvió a hablar de esa opción.
Santander e Iberdrola tienen algo más en común, que comparten con buena parte del Ibex, que es que una parte muy importante de su negocio está fuera de España. En el caso de Ferrovial, las ventas nacionales son solo el 18%. Lo mismo pasa con otras compañías del principal índice bursátil español, como Telefónica, BBVA, ACS o Cellnex. De hecho, si exceptuamos Endesa, Unicaja y empresas públicas como REE, todas son multinacionales, incluso bancos como Caixabank y Sabadell, si bien España es el grueso de su negocio.
Hay dos Ibex que merecen mención aparte, ambas también multinacionales. Se trata de Inditex, que aunque mantiene la sede en Galicia tiene sociedades en países con mejor fiscalidad por la que pasa parte del negocio sin tocar suelo español, y Grifols, que hizo su propio Ferrovial en 2015 con sede fiscal en Irlanda. A diferencia de la constructora, tiene una fábrica en el país, y el peso de España en su negocio es aun menor, inferior al 10%.