Iberdrola, Repsol, Naturgy y Endesa afrontan un fin de ciclo para buscar hueco en el negocio renovable
Las grandes energéticas españolas han rendido cuentas financieras ante el mercado con un denominador común: una contracción en la cifra de negocios tras el final de la crisis de precios
Las cuatro principales empresas energéticas españolas, Iberdrola, Repsol, Naturgy y Endesa, han presentado su balance económico de los primeros seis meses del año. El resultado, debido a las diferentes tipologías de negocio, ha sido bastante dispar. Sin embargo, la mayoría presenta la misma tónica: una reducción de ventas.
El único que se salva de esta paralización colectiva es Iberdrola. La compañía presidida por Ignacio Sánchez Galán, que ya dio su giro ‘verde’ hace años, ha conseguido crecer en ingresos y beneficios. Todas sus líneas de negocio tiran hacia arriba. Es la única que parece no haber sentido los vientos de cola de la crisis energética. O, mejor dicho, la salida de la misma.
Naturgy, por ejemplo, maquilla sus resultados con un importante aumento del beneficio, más de un 80%. Sin embargo, al ver el detalle de la cifra de negocio la situación cambia. Se ha dejado en el último año más de 4.000 M€ de facturación. Así, la rentabilidad la ha conseguido gracias a tener menos costes por la rebaja en los precios del gas.
Una situación inversa a Repsol. La bajada del precio del crudo, que beneficia a otras industrias, ha desplomado por completo su negocio de exploración y producción, así como de refino. Su beneficio cae más de un 40%, y su cifra de negocio igualmente se deja más de 10.000 M€ por el camino.
Por último, Endesa ha tenido un resultado casi plano. Apenas cede un leve porcentaje de beneficios; sin embargo, sufre un deterioro en la cifra de negocio de 1.700 M€. Y como en casos anteriores, ese mantenimiento plano se debe a negocios de gran estabilidad, como las redes; o a que el contexto de precios se ha normalizado y ya no cuesta tanto acceder al mercado.
El paradigma ‘verde’
Ante este escenario, donde la transición energética parece haber cogido velocidad de crucero, todas las compañías resaltan en sus balances las grandes inversiones renovables, así como una incipiente generación de caja con este negocio.
Y por contra, el petróleo y el gas parecen estar ante un punto de inflexión provocado por unos mercados demasiados volátiles y que, en estos momentos, están en tela de juicio. Ante esta situación se abre el debate sobre cuál debería ser el futuro inmediato para estas empresas.
Reproches a la ambición ‘verde’
Hace unas semanas, en el congreso anual del sector eólico, las principales empresas del sector ya dejaron clara cuál era su postura sobre el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Sin embargo, y tras las duras críticas, tampoco explicaban cuál era la alternativa.
Lo mismo ha sucedido esta semana. El presidente de Iberdrola, Sánchez Galán; y el CEO de Endesa, José Bogas, han puesto en su bocas esas críticas. Demasiada ambición, dudas sobre la demanda eléctrica; e, incluso, incertidumbre por el apagón nuclear.
Pero, de nuevo, ninguna de las empresas habla sobre el camino alternativo. Y aquí es donde vuelve la pregunta: ¿hay negocio para todas en el mercado español? Y es que, las críticas, quizá sean más bien un grito desesperado sobre un fin de ciclo por el que tienen que pasar todos a la vez. Si Repsol y Naturgy deben ir aflojando en sus negocios, el mercado manda; ¿hacia dónde van a ir?
No queda otra alternativa que la vía renovable. En esta vía están Iberdrola, sobre todo, pero también Endesa. De hecho, la eléctrica azul ya tiene en la puerta de salida todo su negocio relacionado con el gas. Y por esa puerta no caben todos. De ahí la preocupación por la demanda. También preocupa que los precios de la energía caigan y la rentabilidad sea menor. Todo ello con más actores en el negocio ‘verde’.