Los bandazos regulatorios de España y México ponen en juego 17.000M de Iberdrola
La energética de Sánchez Galán tiene el futuro de cara, aunque los dos mercados de habla española se están poniendo difíciles
Iberdrola tiene un escenario muy favorable para cumplir sus planes tanto a 2025 como 2030. El auge renovable, del que se ha enganchado a la perfección, así como unos movimientos de crecimiento inorgánicos muy bien diseñados, ponen a la energética a velocidad de crucero. Sin embrago, hay dos mercados, México y España, donde la inestabilidad política y regulatoria puede pasar factura.
Así lo estima un reporte de analistas de Bloomberg al que ha tenido acceso ECONOMÍA DIGITAL, donde refleja un cierto pesimismo en México y España si las intervenciones regulatorias interceden de manera directa en el negocio. En el país azteca Iberdrola tiene un negocio que sobrepasa los 3.400 millones de euros. Por su parte, en suelo español, la eléctrica que preside Ignacio Sánchez Galán genera unos ingresos que superan los 14.300 millones de euros.
Se trata de dos mercados importantes para la compañía. Bien es cierto que México no está al nivel de Reino Unido, Estados Unidos o Brasil, pero Iberdrola he ejecutado importantes proyectos en la región, y por eso está siempre a la expectativa de los movimientos políticos que se produzcan.
Aunque hay noticias que llegan de la tierra maya que por el momento son buenas. Hace unos días el partido oficialista Morena no logró la mayoría calificada de dos terceras partes de los diputados para que se modificara tres artículos de la Carta Magna mexicana en una emblemática reforma constitucional del sector eléctrico impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y rechazada por Washington.
La reforma pretendía fijar que al menos el 54% de la energía fuera gestionada por la pública Comisión Federal de Electricidad, en lugar del 38% actual, que deja en manos privadas y extranjeros el 62% del control energético. Este intento de mayor control estatal en detrimento de la participación privada y las energías limpias había creado incertidumbre y malestar en las empresas presentes en México, particularmente Iberdrola, principal generadora eléctrica privada y cuarto generador privado de renovable del país.
Iberdrola y España
El ‘match ball’ salvado en México es solo momentáneo, puesto que AMLO tiene la intención de volver a la carga en materia energética, según ha trascendido en varios medios de comunicación regionales. Su objetivo final es que las empresas eléctricas pierdan pese en la economía local en una clara maniobra de populismo que, a fin de cuentas, desincentiva la iniciativa privada.
¿Es muy diferente el contexto español? La situación que aborda Iberdrola en España tiene menos tintes políticos -al menos por el momento-, pero también existe una gran inestabilidad con respecto a medidas regulatorias que afectará a las empresas.
En estos momentos, por ejemplo, hay varios frentes abiertos que afectan a Iberdrola de manera directa. Por un lado todavía se espera que llegue de Bruselas la resolución sobre el tope del gas. Esta situación influye en los planes de la energética de Sánchez Galán, tanto como comprador de energía, como gestora de centrales de ciclo combinado.
Por otra parte, el Gobierno de España se ha lanzado a una cruzada contra los ‘beneficios caídos del cielo’. El Ejecutiva cifra sobre unos 2.000 M€ el recorte al que podría someter al conjunto de las eléctricas españolas, algo que lógicamente afecta a Iberdrola como una de las grandes compañías.
Un futuro optimista
Lo bueno para Iberdrola es que tiene las bases de su negocio muy bien estructuradas. Los analistas también advierten que gracias a la importante diversificación que tiene en su cartera renovable, y el reparto geográfico que ha hecho de la misma le puede lanzar a un crecimiento del 6% del Ebitda hasta 2025.
Asimismo, el fuerte impulso que ha desarrollado Iberdrola en el ámbito de la eólica marina le pone en una situación de partida muy buena con respecto a muchos de sus rivales en una tecnología renovable que todavía no está madura, pero que está creciendo a más forzadas.